Las otras crónicas

Consulta el índice de todas las crónicas por autor

Tuesday, January 25, 2005

La Parca

EVA MA. PONCE T.
Su llegada a la sede de la Cruz Roja en Polanco fue inadvertida, como la de casi todas la personas que se acercaron para brindar su ayuda en ese sitio, acondicionado como centro de acopio para los damnificados del huracán “Paulina”.
Las incontables horas que los voluntarios trabajaron unidos para recibir, acomodar, empacar y subir a los camiones las donaciones que gente solidaria llevaba, provocó que muchos de ellos hicieran amistad y, como siempre, terminaran llamándose por apodos, casi todos surgidos a la hora de la comida o durante los breves periodos de descanso.
Pero en su caso no fue así; él simplemente se presentó como “La Parca” y fue después de muchos días y muchas pláticas que se supo su verdadero nombre: Javier. De aspecto taciturno, educado con las chicas y bastante “llevado” con los jóvenes, bien pudo haber pasado como uno más.
Pero hubo un detalle que lo hizo destacar en el grupo: su inagotable disposición al trabajo. Era muy difícil verlo buscando novia, como ocurrió con muchos otros voluntarios, entre los que incluso hubo quienes terminaron casados y escogiendo el nombre de Paulina para su primera hija, en recuerdo del fenómeno meteorológico que les hizo conocerse.
“La Parca” comió, durmió, jugó, trabajó y fue al baño en esas instalaciones durante las poco más de cinco semanas que permaneció abierto el centro, en aquel 1997.
Los voluntarios creyeron que no volvería después de que un montacargas le rompiera un hueso de la pierna izquierda, pero el chico se buscó una actividad que le permitiera continuar ayudando... hasta que se rompió el brazo derecho.
Y aún así, su espíritu de servicio le hizo continuar, aunque sólo fuera inventariando lo que se subía a los tráileres.
Un buen día, sin embargo, “La Parca” se fue con la misma intempestividad con la que aquella figura que su apodo aludía aparece en la vida de los hombres.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home


 

Click Here