Las otras crónicas

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Wednesday, November 21, 2007

Y diche uno, y diche dos...

Por un extraño azar, uno de los relatos de Fernando no se incluyó en esta versión de las Crónicas al vuelo. Ahora, dos años después, subsano el error. El relato, después de aparecer en el Sol de México, se incluyó en el sitio Proyecto Scherezade, de la Universidad de Manitoba. Aquí está el link.

Y aquí abajo el relato:

Las gotas de lluvia se estrellan como soldaditos en el parabrisas del microbús, que mecánicamente las limpia y sigue su raudo camino. Una voz chillona rompe el chipichipi musical que decora el ambiente.

–¿Oooooye payaso, por qué te pintas la cara? –retumba en el aire.

–¿A poco todos los que se pintan la cara son payasos? –contesta otra voz igual de estridente.

–Sí. Todos los que se pintan la cara son payasos.

–Entonces vas a tener que pedirle perdón a todas las damitas presentes porque también se pintan la cara.

–Nooooooo. Pero ellas se pintan para resaltar su belleza.

–Y yo por mi pobreza.

–Lo hacen para remarcar su gracia.

–Y yo mi desgracia.

Y el diálogo sigue, sin despertar ningún interés, ya sea por su repetición o por cansancio, en un auditorio cautivo, fastidiado, en camino al trabajo diario.

De pronto la primera voz cambia de tesitura, a una dura y firme.

–Y ahora, damas y caballeros, el acto más grande del mundo. Un acto que le helará la sangre en cubitos. Un acto que le sacará un suspiro a más de uno. Un acto que los hará zurrar de terror –dice el payaso de la puerta delantera–.Como verán, mi amigo trae un picahielos en la mano –dice la voz, retadora, dueña en un instante de toda la atención de los pasajeros, señalando a su amigo que se yergue, seguro, tapando la puerta trasera, la mano en alto y empuñando un objeto puntiagudo, que adquiere un brillo infinito.

Por instinto, como un animal acorralado que guarda un tesoro, todos aprietan sus pertenencias de valor. Calibran lo que en un instante pudiera pasar irracionalmente a otro dueño. Tiran al piso anillos de graduación y de casamiento, como por descuido. Se resignan a perder el dinero que traen en la bolsa del pantalón, en la camisa, en la cartera. Y otros, los más precavidos, piensan que hicieron bien en guardarse una parte de su dinero en el calcetín.

Todos suspiran, con la sangre, no helada, sino más caliente que nunca.

La perorata circense continúa:

–Mi amigo se meterá el picahielos en la nariz.

Y así lo hace.

–Ahora en el oído.

Y así lo hace.

El público, expectante, se deshace en su asiento, descansa aliviado y casi agradece el malentendido bien actuado.Y al final casi todos, por las malditas dudas, depositan una moneda en la gorra bicolor de los payasos del microbús.

Thursday, September 01, 2005

Consejos políticos

Efraín Salazar Girón

- En la víspera del mes patrio -y del informe presidencial-, a quienes ayer les fue bien fue a los restauranteros y cantineros establecidos cerca de las oficinas centrales del PRI, en Insurgentes norte...
-¿Porqué compadre?
Por que cuando se les atoró la elección del dirigente nacional sustituto, luego de que Sergio García Ramírez les dijo no, se decretó un receso desde media mañana hasta las ocho o nueve de la noche y muchos consejeros salieron en tropel en pos de la botana y la cheve.
- Si es cierto. Me enteré que ni Beltrones, Martell, -apellido de coñac-; Jackson, o Murillo Karam, lograron en primera instancia las simpatías mayoritarias de los más de 800 consejeros para quedarse en el lugar de Madrazo.
- Efectivamente. Los tricolores abrieron un compás de espera para tratar de hallar la punta de la madeja al enredo, porque mientras Elba Esther Gordillo se fue a los tribunales electorales exigiendo quedarse en la dirigencia nacional priísta hasta el 2006, los grupos de Madrazo y sus contrarios pujaban con todo por la dirección nacional, porque saben que de quien obtenga esa posición depende mucho el triunfo del tabasqueño o de Arturo Montiel en la elección de su candidato presidencial.
- Pero en cuanto conocieron la negativa del doctor García Ramírez -propuesto la noche del martes-, tocaron la campana de recreo y los cientos de consejeros venidos de todos los confines de la patria, se desparramaron por las calles de las colonias Guerrero, Santa María la Ribera, Tabacalera y hasta la Zona Rosa y más allá, en busca de un café, antro, cantina o restaurante, donde saciar hambre, sed y otros apetitos.
- Algunos de ellos, gobernadores de sus estados, se quedaron al cabildeo en busca del hombre justo que garantice un proceso interno transparente y equitativo.
- Pues a ver si lo encuentran, porque tendrá que batallar con los mejores magos, aprendices de brujos y maestros de la trampa electoral que hay en el tricolor.
- Por la noche, el “bueno” resultó Mariano Palacios Alcocer.
Mientras, en el Palacio Legislativo de San Lázaro, Emilio Chuayffet se preparaba para recibir a Vicente Fox y su Quinto Informe de Gobierno, a quien el coordinador de los diputados priístas consideró hace poco inepto para gobernar, por culpar a los gobiernos anteriores de su falta de resultados.
- Ahí habrá “chou”.

Tuesday, August 23, 2005

Oscuridad en Tlalpan

Efraín Salazar Girón

Por ahí andan diciendo que el jefe delegacional en Tlalpan, Eliseo Moyao Morales, parece maniatado por algunos de sus colaboradores, al grado de no poder cumplir compromisos acordados con los vecinos de esta demarcación, ¿cómo ve?
Pues yo también he escuchado que muchas personas se quejan de que Guillermo Sánchez Torres, director general de Servicios Urbanos y el jefe de Servicios de Alumbrado, Rutilo Sánchez González, se empeñan en incumplir las órdenes y los acuerdos de Moyao Morales…
Como botón de muestra tenemos que el multicitado delegado suscribió un acuerdo con los vecinos de la Unidad Habitacional Fovissste, Fuentes Brotantes, fase única, para facilitar la mano de obra en la colocación de luminarias que los vecinos compraron para mejorar la seguridad pública en la zona, pero don Rutilo, como en sus dominios le dicen algunos, de manera prepotente, ha frenado en varias ocasiones la orden de otras instancias para que se cumpla con la palabra de su jefe delegacional…
¡Que barbaridad!
Lo insólito de esta comedia de enredos es que ni el propio Guillermo Sánchez Torres le puede pedir cuentas a su colaborador inmediato.
-No me diga...
Sí le digo; y eso que este último, Guillermo Sánchez, al parecer era el gallo para suceder a Moyao Morales al frente de la Delegación...
Pero falta que gane la candidatura, y como va, se ve difícil que los electores en Tlalpan le dieran su voto..
Eso se vislumbra aún más difícil, y más si se va a rodear de gente como Rutilo Sánchez, que sólo cobra en la delegación sin dar un verdadero servicio a los vecinos...
De plano no sabemos que podrían esperar de ellos los habitantes de la delegación...
Dicen bien que Dios los hace y ellos se juntan.
Pero aquí la duda es grande, pues no sabemos si de veras Dios los hizo.
El eco de la plática se diluye en la tarde lluviosa en el sur de la ciudad.
Los niños corren por los pasillos de la unidad habitacional luego de un tibio inicio de clases del ciclo escolar.
Una noche más se acerca a la unidad Fuentes Brotantes, en aquella parte de la ciudad de la esperanza, y las familias se preparan para pasarla aún sin luminarias.

Tuesday, August 16, 2005

Vecinos Distantes

Efraín Salazar
Me dijo Samuel que la coordinadora de los perredistas en la Asamblea Legislativa, esa que entró en lugar del profesor Bejarano, el campeón de la ligas, a pastorear a los asambleístas de su grupo, anda repreocupada e inquieta buscando que los vecinos en el D.F., algo así como 10 o 12 millones de seres humanos y seres a secas, nos llevemos mejor en aras de reducir los índices del delito.
Quesque la tal Lorena Villavicencio, quien ni a los de su partido en la Asamblea puede hacer que jalen parejo, anda promoviendo acuerdos con el ánimo de atajar las malas vibras entre el personal, y las cosas se compongan como por arte de magia, desde Iztapalapa hasta la Miguel Hidalgo y de Gustavo A. Madero a Tlapan, según dice el Sam que dijo.
Por eso ya hasta el Día del Vecino instituyó.
Sabemos y esperamos que la coordinadora del PRD en la Asamblea Legislativa tampoco ignore que de buenas intenciones está empedrado el camino que va directo al infierno.
No es por desanimarla, pero Villavicencio debiera empezar por la filas del perderé que sigue llena de tribus rabiosas que hoy por ejemplo insisten en quemar en leña verde al senador del PRD, Demetrio Sodi manos de tijera, sólo porque el legislador está apuntado como precandidato externo al gobierno del Distrito Federal en las preliminares del PAN y ya anunció su salida del perredismo.
También debiera doña Lorena llevar sus buenos oficios en pro del amor y paz, no a don Chepe el de la tienda y su mujer, que se llevan como perros y gatos desde hace treinta años, pero ya se acostumbraron porque tienen bien calculado hasta donde estiran la liga, sino a personajes tales como Armando Quintero, Jesús Ortega y Pablo Gómez, quienes quieren hacer picadillo a Marcelo Ebrad porque les lleva la delantera en la contienda interna por la candidatura al Gobierno del D.F.
Aquí, la banda de esta barriada de la Pensil, y de todas las circunvecinas, le podemos dar, si gusta, clases de solidaridad vecinal y sentido comunitario a esa Lorena Villavicencio y sus cuates, quienes deberían desquitar de otra manera el billete que mes a mes se embolsan como jugoso salario en la Asamblea.
Y sin necesidad del Día del Vecino.
Bueno eso digo yo; no se usté.

Tuesday, August 09, 2005

Herencias y querencias

Efraín Salazar Girón

Si el niño Dios escrituró un establo y los veneros de petróleo, el diablo; la Güera Rodríguez Alcaine no quiso quedarse atrás y en su testamento político heredó a los trabajadores de la CTM su querencia por el tabasqueño Roberto Madrazo.
En esa parte del poema andaba, cuando leí el encabezado del madruguete que Joaquín Gamboa Pascoe, dirigente de trabajadores del Distrito Federal, dio al petrolero Carlos Romero en la sucesión cetemista.
Iba camino a un restaurante del llamado Centro Histórico, donde solía reunirse parte de la clase política priísta de los años de oro, y en donde más tarde comentaría un amigo que los “cinco lobitos”, secretarios generales sustitutos de la CTM, entre ellos Gamboa y Romero, eran de los que aguantaban tragar sapos sin hacer gestos y que si el exyerno del legendario Fidel Velázquez se le había adelantado al dirigente petrolero, éste aguantaría vara en medio del escalafón obrero oficial.
Otro compañero de mesa recordó el freno que el viejo Fidel puso siempre a Joaquín Hernández Galicia en sus años de cacique petrolero y que inclusive se hizo a un lado cuando el de Tamaulipas se vino abajo a principios de 1989, al caerle encima todo el entramado judicial al arranque del gobierno de Carlos Salinas.
La plática discurrió sobre las herencias esperadas de algunos personajes y personajas.
Ya que Marta Sahsgún regaló en vida ropa usada, Chanel y otras marcas popof, alguien propuso que a los niños de la calle les deje otra tanda de tamales con atole, de esos que la pareja atómica, aún no casada, le disparó a los púberes callejeros en la Morelos, el día de la toma de posesión del presiChente.
A su vez, el inquilino de Los Pinos debiera heredar las botas que ya no usa a los integrantes de los 400 pueblos que andan por Paseo de la Reforma descalzos hasta el cuello, en demanda de la restitución del paraíso perdido, pero para César del Angel, su ancestral dirigente. Ah, y las botas de charol que llevó a España, serían buenas para un Santaclos de utilería en diciembre.
A López Obrador se le pediría que herede el reloj Tiffany de 80 mil pesos y los trajes Armani, hechos en la colonia Roma, para una rifa entre los viejitos cuya pensión de 600 pesos no alcanza para mucho.
Santiago Creel, de quien pocos se acuerdan ya, para revivir debiera testamentar unas concesiones para casas de apuestas y garitos.
Y así, por el estilo, hay tela de donde cortar.

Sunday, August 07, 2005

Las Pirañas

Obed Collado

Alex me insistió en que quería ir al "teibol".
-Sale caro, we -le dije.
-No hay pex, yo invito -me contestó.
-Bueno... -me dije a mí mismo.
"Las Pirañas". Que me devoren, pensé. Entramos.
Clásico revisón de arriba pa' abajo a ver si no traes armas: "Son unos discos", le dije al tipo que me estaba basculeando cuando tentó una bolsa del chaleco.
Mesa central: "Pa' que las vea bien; todas son virgencitas". (Nunca he entendido por qué los tipos que te llevan al "baile" creen que te convencen con lo de las "virgencitas").
Pocos clientes, muchos meseros y algunas "teiboleras".
Sin necesidad de haber ingerido una sola chela de a cien varos, me di cuenta que el espectáculo era deprimente. A qué lugar me dejé llevar. El Alex tenía cara de "what". Tampoco entendía en dónde nos había metido.
No había nadie bailando. Unas cuantas mujeres en vestidos cortitos de muy mal ver.
Y que se acercan dos. Que de tan feas y flacas parecían viejas.
-Hola, cómo están -nos preguntaron a coro.
-Bien, y ustedes -les respondimos a coro.
-¿Me puedo sentar en tus piernas? -me dijo la menos fea. A Alex ni permiso le pidieron. Ya lo tenían bien abrazadito.
Nos empezaron a hacer la clásica plática de qué si ya habíamos ido allí, y que si estaba chido el lugar, y bla, bla, bla, -"invítame una copa"- bla, bla, bla.
-Al ratito, primero vamos a checar el "material" -dije yo. Y se fueron, con caritas de decepción y despidiéndose dándonos la mano (como saluda uno a los cuates).
Total, empezó la "variedá". Una gorda joven (pero igual de fea que las flacas). Bailando con la gracia de una cucaracha entrenada. Arrítimica. Sin atractivo de ningún tipo.
La primera "canción", la clásica "coreografía" de "ahorita me les encuero". La segunda "canción": "ahorita verán lo que es bueno": La tercera "canción": "Ya me vieron, ya me voy".
Ni pa' reírnos. Si acaso por lo absurdo de la situación. De pagar por ver algo espantoso.
Pobres chavas. La pobreza se les ve por todos lados y en todos sentidos. Mujeres que no encuentran trabajo de nada. No saben hablar, ni vestir, ni bailar, ni encuerarse, ni seducir.
Pero sólo pasa en "teibolitos" como este: "Las Pirañas". El nombre nos debió indicar otra cosa, una clara advertencia.
Una chela cada quien y nos salimos. Sin dar propinas. Pero les dimos la bendición a las chicas (y a las grandes, que también las había), para que algo bueno les pase.
Ahora, más las ganas de curarnos el espanto que las otras "ganas", nos obligaron a buscar algo de más categoría.
La verdad no fue difícil hallar algo más decente. Ahí valió la pena despilfarrar la lana del buen Alex.
Pero el espanto de "Las Pirañas" nunca lo he podido olvidar, más que nada por la pena de que no a todos los seres humanos les va bien en la vida.
El otro día pasé por ahí. Me abordaron de volada los tipos estos de las tarjetas. "Pásele pa' que lo conozca; tenemos puras virgencitas". De nuevo la absurda invitación, que nunca ha funcionado conmigo (ni con nadie, supongo).
Esa vez (como otras), preferí mil veces irme a mi casa a ver la tele.

Tuesday, August 02, 2005

Ajos y cebollas

Efraín Salazar Girón

Es inevitable porque forman parte del mosaico de aromas de la llamada ciudad más grande del mundo.
El olor de las cebollas y demás hortalizas baja por las escaleras de la estación Merced del Metro y se instala en andenes y pasillos como su ancestral territorio.
Pero también hay sabores de frutas y flores en ese aire encajonado a las diez de la mañana.
Desde que el convoy naranja cruza veloz la frontera entre el túnel y la zona de abordaje, el golpe de olores llega al cerebro vía las fosas nasales y a las papilas gustativas, que nos conducen en automático por un viaje imaginario a los pasillos plagados de comestibles en esa emblemática central de abasto.
Luego, a través de los gastados ventanales de las puertas de los vagones atestados, vemos a hombres y mujeres cargando bolsas y bultos de productos de diversas regiones agrícolas del país, que se convertirán en atoles, salsas, guacamoles, ensaladas y demás aderezos de tacos, tostadas, tortas, tamales y en complementos de platillos como consomés, barbacoas, sopes, quesadillas, que alimentarán a millones en esta capital de la raza de bronce.
A la Merced llegan personajes de todas las clases sociales de la capital, llevados por el consumo personal, familiar o por negocio y ahí se encuentra una muestra completa del Distrito Federal, en un agradable viaje hacia el sabor, el olor y los colores de las frutas y verduras.
Desde que se sale de la estación Pino Suárez hacia Pantitlán el olfato se prepara para el banquete de olores que le espera en unos momentos más y cuando salimos hacia Candelaria junto con el gusto sigue saboreando ese rastro de aromas mezclados que a algunos, por la fuerza de la costumbre llega a ser imperceptible.
Todo esto ocurre en una mañana fresca, mientras Alejandro Encinas toma el poder en el gobierno capitalino y hace promesas de cambio como todo gobernante que se respete, con creación de dependencias como la secretaría de Educación y Cultura toda la cosa

Tuesday, July 26, 2005

Trapos caros

Efraín Salazar Girón

Tanto lío por unos trapos, decía Ilhuicamina Martínez, compañero de los despintados años celestes de la escuela primaria, quien tenía añísimos de no dejarse ver.
Las cosa es que por ser trapos caros y haber tantas carencias del lado de la población de a pie, pues se despiertan pasiones y el tema resbala como mantequilla hacia los terrenos del lavadero que tanto gusta en estos tiempos, opinó José Luis Garnica, ingeniero de la secretaría de Agricultura y demás yerbas, quien añora los tiempos de los gobiernos priístas que le dieron trabajo en una dependencia a la que el nombre de le ha ido alargando .
Es verdad que ahora importa más quién es la nueva pareja de Luis Miguel, Ricky Martin –hombre o mujer-, o de Mariah Carey, que saber si el Congreso está en verdad fiscalizando los gastos de la dichosa pareja conforme a sus facultades o si sólo se trata de joder a la borrega, que motivos no dejan de dar los inquilinos de Los Pinos, abonó Nicolás San Juan, el amigo que tenía nombre de calle.
La plática era sobre la “donación” de los vestidos de marca, con valor de cientos de miles de pesos, hecha un días antes por Marta Sahagún en la mañanera conferencia de prensa en la residencia oficial del Ejecutivo.
A mi me caga que además ocupen el tiempo oficial de las conferencias de Los Pinos para tratar temas empapados de frivolidad y que no haya quien en los medios para decirle a la “primera dama” que esas cosas no interesan, disparó El Rasputín, antisolemne componente del grupo de ves en cuando se aparecía en las reuniones.
-Es que sí interesan, replicó Garnica; y la prueba es que aquí estamos hablando del tema.
-Bueno, pero no son relevantes y el país lo mismo está estancando o caminando si existe o no esta pareja y su familia que tomó por asalto Los Pinos y que con sus ocurrencias están dando vida a algo algo así como Los Berverly de San Cristóbal, se defendió Rasputín.
-Es verdad, que mejor donen los derechos para hacer una comedia de enredos en serie, o los cobren y entreguen el dinero a la beneficencia pública, porque hoy los únicos que se están aprovechando de la comicidad involuntaria de la pareja, son los productores y guionistas de un programa de televisión, remató José Luis conteniendo el cosquilleo de la risa.
El caso es que el lunes Marta Sahagún se contradijo, pues “donó” a una institución de combate al cáncer en niños, un lote de prendas que según ella misma no le pertenece, pues fue pagado con dinero de la Federación.
Es decir, anda haciendo caravana con sombrero ajeno.

Tuesday, July 19, 2005

¿Paternidad responsable?

Efraín Salazar Girón

No se si sea por la paternidad responsable o por alguna especie de egoísmo, pero el asunto es que ni aquí, ni en Chile, ni en Canadá, las parejas jóvenes quieren tener hijos pronto, dijo con seguridad Julia, una chilena cuya familia reside desde hace más de veinticinco años en tierras canadienses.
En España, comentó Oscar, un abogado unido al grupo ocasional que celebraba el cumpleaños de un amigo común, el Estado comienza a subsidiar a la pareja a partir del tercer hijo, porque quieren cerrar la brecha abierta entre las generaciones que aquí en México comienza a notarse.
El tema de los hijos surgió espontáneo en esa tarde de domingo, cuando ya en diversos frentes se había desatado la polémica entre prelados de la Iglesia católica y miembros del gabinetazo por la inclusión de la pastilla de control natal llamada “del día siguiente”, en el cuadro básico de medicamentos aprobado por la secretaría de Salud.
La realidad nos muestra que en una sociedad con controles relajados, donde cada vez más jóvenes comienzan su vida sexual más temprano, y donde los hijos no deseados son una desgracia principalmente para sí mismos, es necesario valerse de los adelantos médicos para evitar embarazos no planeados, dijo parsimonioso Alberto de la Rosa, poeta de hueso colorado y maestro de creación literaria en sus ratos libres.
¿Cómo queremos adoptar la paternidad responsable en la sociedad, si le negamos los mecanismos para hacerlo?, preguntó alguien más.
Era curioso ver y oír a ese grupo de hombres y mujeres de mentalidad abierta y progresista, para quienes la posición de la jerarquía católica en torno al tema de control natal, por más anacrónica que se considere, no deja ser un lastre social por toda la influencia que ejerce sobre el actual gobierno federal y alguno de sus personajes centrales.
En el aire cálido de a tarde fin-semanera se mezclaban los aromas de las rosas, las cebollas asadas, el carbón ardiente y la cervezas recién abiertas, mientras lejos de ahí, en León Guanajuato, el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, José Guadalupe Martín Rábago condenaba el uso de la pastilla que por algunos es considerada abortiva e invitaba Vicente Fox a reflexionar sobre su inclusión en el cuadro básico de medicamentos.
Faltaban unas horas para que los secretarios de Salud y Gobernación iniciaran una discusión cuyo desenlace, en pocas horas, será una medición de sus propias fuerzas.

Wednesday, July 13, 2005

Pagar pasaje

Efraín Salazar Girón

No hace mucho, Ricardo García Villalobos, presidente del Tribunal Superior Agrario, nos contó una anécdota vivida junto al profesor Carlos Hank González, en los tiempos en que el político mexiquense fue jefe del Departamento del Distrito Federal.
Relató que uno de esos años del gobierno de José López Portillo, 1976-1982, estaban en un recorrido por la ciudad de México, cuando el Regente Hank le preguntó su opinión sobre lo que debía hacerse ante la operación con números rojos del Metro: seguir subsidiando el servicio a como pedían la circunstancias, que cada vez exigían más, o elevar el precio de una forma moderada y amortiguar un poco la carga para las finanzas capitalinas.
El veracruzano García Villalobos, al fin político, dijo que, o de una vez decretaban gratuito el Transporte Colectivo en gran medida subterráneo o establecían un costo real del pasaje con lo que el precio se elevaría de un peso a cuando menos cuatro o cinco.
Hank le respondió que su primera propuesta le había llamado la atención por su audacia, pero que la segunda realmente le había sorprendido porque el pasaje del Metro barato gracias al subsidio, era quizá lo único que el gobierno le estaba dando a la gente de escasos recursos que por millones lo utilizaba para llegar a su trabajo y desplazarse por la ciudad que ostentaba entonces el título de la más grande del mundo, si así puede llamársele a esa denominación.
Hasta donde recordamos nadie señaló a Hank de “populista”, pero era lo que pensaba ese hombre curtido en la política que para muchos era fuerte prospecto para la Presidencia de la República, y a la que no fue postulado quizá sólo porque aún se lo impedía el artículo 82 Constitucional que sólo le permitía ese privilegio a los mexicanos por nacimiento, hijo de mexicanos también nacidos en México.
Aquel pasaje nos lo platicó García Villalobos con el recuerdo puesto en aquellos años en que aprendió de uno de sus mejores maestros, quien también decía que cuando a un enfermo se le inyecta dos, tres o cuatro veces la misma medicina y no hay mejoría, entonces lo que debe estar mal, es la medicina.
Ahora recordamos la charla con el presidente del Tribunal Superior Agrario, sentados en la plaza Renato Leduc, mientras vemos un desairado punto de venta de boletos del articulado Metrobús, que pierde pasajeros al ritmo del fin de la gratuidad del servicio, en tanto Leonel Cota Montaño admite el desplome de la popularidad del PRD, entrampado en el cuarto lance de Cuauhtémoc Cárdenas.
A unos cuadras de ahí, comenzaba a pitar fuerte la aceitada locomotora del PRI.

Tuesday, July 05, 2005

Rey Desnudo

Efraín Salazar Girón

Venía Pedro pensando en la metáfora del Rey Desnudo.
No se dio cuenta cuando el microbús, en la frontera Estado de México-D.F., por el rumbo de Las Armas, golpeó la salpicadera de un automóvil y el percance obligó al chofer a orillarse para hacer descender al pasaje.
Mientras los conductores de micro y automóvil hablaban sobre llamar a sus “seguros” para resolver el incidente, Pedro hizo cálculos sobre la mejor forma de llegar a su destino: esperar un transporte de la misma ruta hasta el metro El Rosario o caminar hacia Parque Vía y de ahí aventurarse en otra “chomba”, como le dice al micro, hasta avenida Camarones.
Prefirió caminar mochila al hombro este estudiante de 18 años que vende teléfonos celulares en lo que inician las clases en la universidad.
El encabezado de un diario lo devolvió al asunto del soberano aquél a quien un sastre audaz hizo creer que le confeccionaría un traje que sólo los faltos de inteligencia no podrían ver. El sastre –dice el cuento- sólo vendió la idea porque no existía tal ropaje, pero estaba seguro que nadie aceptaría no poder verlo y todos fingirían para no pasar por tontos.
La frase en blanco y negro de una noticia sobre política, decía que el PAN se hundía y que el fracaso electoral en Edomex y Nayarit eran la prueba irrefutable del naufragio.
Curtido en pláticas familiares sobre partidos y políticos, tanto como puede estarlo un muchacho que apenas dejó la pubertad, Pedro compró el periódico para ver la cartelera, pero sentado de nuevo en el tortuoso microbús leyó el texto sobre la hecatombe electoral panista.
Se enteró de una presunta alarma de los jerarcas de ese partido por la caída casi vertical en el Estado de México, a un año de la elección presidencial.
Pedro recordó que hace cinco años, cuando apenas estaba entrando a la secundaria, fue víctima del fervor del cambio y participó en aquella ola al grado de alentar a sus cercanos a votar por Fox.
Se abrió entonces -dice ahora en una plática con su tío en el negocio de celulares-, una posibilidad de que las cosas fueran diferentes y mejores para todos, pues se acabaría, entre otros vicios, con el abuso del poder en beneficio de sólo un grupo.
Pero las cosas siguen igual.
Y ahora se preguntan en el PAN porqué van para abajo. Y buscan la causa donde no está. No quieren o no pueden decirle al rey que está desnudo. Que no hay motivos para festejar. Que las cosas están peor y que él es responsable.
Dicen que van a analizar los resultados.
Que no manchen.

Wednesday, June 29, 2005

Día de San Juan

Efraín Salazar Girón

Gotas de agua del tamaño de uvas comenzaron a caer al filo de las cuatro de la tarde sobre la lamina de una parte del techo del edificio colonial que alberga a la Casa de Michoacán, este 24 de junio.
Fue el cumplimiento puntual de la profecía de lluvia obligada en el día de San Juan.
“No falla”, decía de uno de los comensales mientras atacaba emocionado un enorme taco de carnitas en el restaurante de esa agrupación, uno de cuyos objetivos es difundir la gastronomía de la entidad.
A un lado, Rubén Vargas Martínez, presidente de la asociación, recordaba que recientemente habían entregado la presea “Siervo de la Nación”, al también michoacano Miguel Correa Jasso, por su labor a favor de la educación durante su gestión como director del Instituto Politécnico Nacional.
Alrededor, en las paredes, una exposición de pinturas y fotografías de artistas michoacanos aparentaban ventanas abiertas hacia los lagos de Páztcuaro, Janitzio y Cuitzeo, o hacia los bosques de Angangueo, hábitat de la mariposa monarca en enero y febrero.
Las mesas estaban ocupadas por parejas y grupos de jóvenes y gente adulta, que brindaba por razones particulares o simplemente porque era viernes y todos navegan en el caudaloso ánimo de un fin de semana prometedor, al compás de la música viva presente.
Afuera la gente corría para ponerse a salvo del aguacero que golpeaba calle, techos y carrocerías de vehículos a ritmo de metralla, y buscaba un transporte o un pedazo de marquesina, pórtico o entrada de negocio en las calles de Lucerna y cuadras a la redonda.
Más allá, sobre Insurgentes, el ya legendario Metrobús, conocido ya como Lentobús, avanzaba trabajosamente por su carril exclusivo, frenado por la poca visibilidad debida a la lluvia y a un congestionamiento complicado por ríos que corrían y que, si bien nos fue, llegaron como recargas al saqueado subsuelo de esta ciudad que se cuartea y se hunde a un ritmo de varios centímetros anuales, según algunos especialistas.
Y en este universo, de comensales, espinazo en chile morita, corundas con frijoles y cecina con nopales, Onésimo Contreras Mondragón, vicepresidente de la Casa de Michoacán, recordaba las muestras de orgullo de Correa Jasso al aceptar el reconocimiento y la medalla y “por compartir origen con hombres que cambiaron el destino de México”.

Wednesday, June 22, 2005

Rey sol

...todo lo que haces nos ayuda a mover
las montañas y el reloj...
Fito Páez


UNO
Despierto al escuchar sus balbuceos en la cuna. Lo tomo en brazos. Es una carita morena envuelta en ropa de estambre. Me mira con sus ojos perdidos, tomando mi dedo entre su mano. Me estremezco al sentir cada apretón, al ver sus labios brillantes de baba, al sentir su pataleo sobre mi pierna, al oler su piel maquillada de talco, al probar su mejilla sembrada de bozo, al oír como se mece la lluvia en su risa. Brilla e ilumina la casa.

DOS
Corre desnudo por la habitación. Brinca en el sillón hasta hacerlo crujir y sacarle el polvo acumulado de años. Pinta paisajes con la cera líquida para el calzado. Salta, grita, llora y ríe. Y me hace saltar, gritar, llorar y reír cuando desde la ventana se despide en puntas de pie, pegando su cara al vidrio, que tatúa con lágrimas y mocos.

TRES
La mesa es una lago de leche donde navegan las hojuelas de maíz del desayuno y las rodajas de plátano son claraboyas que marcan el camino. Levanta la cuchara como trofeo, como un pequeño cavernícola. Sonríe. Yo me rasco la cabeza y sonrío también. Pongo mis manos en el borde y mis labios en la superficie mojada. Comienzo a sorber. El me imita. Y limpiamos la mesa como dos osos hormigueros. Ella llega cuando estamos a punto de terminar. Me mira enojada. Sonrío. Me encojo de hombros. Volteo a verlo. El la observa con pena, señalándome con su dedito delator y con la última rodaja de plátano en la boca, como un rey sol en su jungla tropical.

Wednesday, June 15, 2005

Pónganse changos

EFRAIN SALAZAR GIRON
La reinauguración de la primera sección del bosque de Chapultepec y la anunciada obligatoriedad de darle mantenimiento a sus áreas verdes y cuerpo lacustre, nos conmina como ciudadanos a ponernos changos para evitar un pronto deterioro de esa recuperación lograda al calor de la precampaña política.
Por lo pronto, la reapertura de ese tradicional paseo estudiantil de todos los días y fin semanero de las familias radicadas en este rancho grande y las que vienen de paseo del "interior" del paisito, nos hizo evocar chascarrillos de los años mozos, como aquel de la señora que pedía a su negligente marido llevar a los niños al Zoológico de Chapultepec y quien recibió como respuesta un "¡Ah no!, si quieren verlos, que vengan a la casa!".
Desde aquellos años nos quedó claro que Chapultepec nos diviertía aún sin necesidad de llegar hasta sus desgastados prados y sin tener que aventurarnos en sus -entonces- cenagosas aguas del artificial lago.
Nos bastaba escuchar el chiste pasado por anécdota de aquella familia cuyos integrantes debieron tener un aire de eslabón perdido, que preguntó a un vigilante por la jaula de los changos y que fue reprendida al calor de "Si no saben regresar para qué se salen".
O el de aquella señora realista, cuyo hijo de pocos meses de nacido bien hubiera servido para una clase universitaria de la evolución de las especies y que, cuando visitaba el zoológico, ponía muy visible en la carriola de su retoño un letrero que rezaba, "Favor de no tirarle cacahuates".
Así, el bosque, que según dice la historia era utilizado en su tiempo por el emperador poeta Nezahualcoyotl para su encuentro con las musas, a través de los años ha servido para inspirar el ingenio nacional en aras de la sana diversión a costillas del prójimo y hasta para engordar ahora el caldo de la campaña presidencial de la reencarnación tabasqueña del Benemérito de la Américas.
No se sabe que en Chapultepec haya duendes, y aunque hace años un periodista inventó que en las verdosas aguas de su estanque habitaba un monstruo similar al del lago Ness, hoy podríamos decir que entre los gruesos troncos de sus eucaliptos, robles y pinos, nos acechan las intenciones de quien está encaminado hacia Los Pinos con la anunciada intención de reincorporar esas áreas arrebatadas al bosque en los tiempos del general Cárdenas, porque él -dijo-, de todos modos piensa vivir en Palacio Nacional, como todo un Juárez reencarnado que se respete.
Mientras tanto, henchidos de democracia, habrá marcha del 2 de julio para "celebrar" el triunfo de Fox hace cinco años.
Mejor vámonos a remar a Chapultepec.

Tuesday, June 07, 2005

Democracia disputada

Efraín Salazar Girón

Seguirán marchas y plantones en la calurosa metrópoli, y más cuando el PAN y el foxismo -si eso existe-, quieren monopolizar la democracia mexicana, cualquier cosa que esto sea.
Con cuatro años y feria en el poder, muy entrado en cinco, y con muy magros resultados en beneficio del respetable, el gobierno actual ya está organizando una manifestación para el dos de julio, con el propósito, dijo Fox, de conmemorar el triunfo panista del año 2000.
A falta de mejores pretextos para el festín, pretenden convertir esa fecha en un parteaguas de la historia moderna del paisito, vendiendo la idea de que muy triste sería nuestra suerte si ellos no se hubieran apersonado en estos parajes para sacar al PRI de Los Pinoles.
Pero más tardó el de las botas en lanzar su proclama desde Boca del Río, Veracruz, y su convocatoria a panistas para reunirse en el Angel de la Independencia y de ahí lanzarse otras vez por la presidencia de la República, que en recibir acuse de recibo de personajes como Emilio Chuayffet, líder de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, quien en un lance por equilibrio en el marcador denunció que el inquilino de Los Pinos y el PAN se quieren llevar todo el crédito y tratar de aparentar que ellos solitos construyeron el entramado del actual México lindo y querido.
Chuayffet afirmó que la democracia no le pertenece al PAN, sino a todos los mexicanos y de paso señaló que con el gobierno actual no ha habido progreso y aún le restan 17 meses muy complicados.
Todo esto vemos pasar desde una banca de la empolvada Alameda Central, a un lado del Hemiciclo y frente al edificio casi terminado de la nueva sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que el Peje inaugurará el mes próximo antes de irse de lleno a su campaña y que Luis Ernesto Derbez usará apenas unas semanas si es que se va al Banco Interamericano de Desarrollo, como por ahí se dice.
Poca gente camina en la mañana del lunes por la acera sur de esta isla arbolada del centro de la ciudad, que se debate entre lemas de precampaña, obras a paso veloz y ocurrencias de quien hace cinco años usufructuó la inconformidad y cosechó el voto útil, pero dilapidó en pocos meses un capital político pocas veces visto y se atascó en los áridos caminos de la política, para dar hoy un brinco al pasado del “desarrollo estabilizador”.
Y mientras las aves cantan entre los pálidos follajes, a muchos kilómetros de ahí, en Coyoacán, son velados los restos del internacionalista Adolfo Aguilar Zinser, colaborador de Fox que algo de lustre dio en la ONU a la política exterior del condensado sexenio, y que fue corrido del gabinetazo por reconocer que en Estados Unidos nos ven como patio trasero.

Saturday, June 04, 2005

Ciudad desastre

EFRAIN SALAZAR GIRON

La Ciudad de México, llamada de la esperanza por el gobierno pejelagartino, es un verdadero desmadre. Y quienes no lo crean, que se den una vuelta, a cualquier hora, a lo largo de Insurgentes, por ejemplo, o por esa zona que tiene su centro de gravedad en el cruce de Juárez y Balderas, adornado mucho tiempo por el hotel Regis y junto al cual dominó las noches de hace muchos años el cabaret Capri, escenario de buenas carnes argentinas.
El cambio del drenaje en esa zona del Centro Histórico, donde se levantan construcciones del altos vuelos dentro de un programa de recuperación que cuando concluya seguramente dará relumbrón a la capital del paisito, pone hoy histérico a cualquiera que se aventure a cruzar por esa zona de guerra, donde las trincheras están abiertas en calles, aceras y banquetas y donde en una atmósfera cargada de polvo mezclado con humo de escapes y el crepitar de maquinaria, maestros albañiles y chalanes gobiernan entre tubos plásticos amontonados, vehículos de obra, y cerros de tierra, arena y asfalto.
El consuelo que nos debe de quedar, a los victimados habitantes de la región de Anáhuac, es el mismo que animó a aquel turista extranjero, quien, al volver a su patria, respondió a los interesados en saber qué le había parecido la Ciudad de México: Cuando la terminen, les va a quedar a toda madre.
Nosotros, para no hacernos nudos en las tripas al tener que cumplir con una cita en esa devastada parte del ombligo del país, preferimos recrearnos el momento recordando que el Distrito Federal tiene más magia que el realismo del boom latinoamericano y que aquí podemos ver como El Chapito Guzmán, hijo del peligroso Chapote, es sacado de un reclusorio capitalino y llevado a La Palma, en medio de una nube de agentes y patrullas, ante el temor de las autoridades de que el vástago del narcotraficante prófugo escenificara la segunda parte de El Gran Escape.
Y al día siguiente nos enteramos que esta gran ciudad es también asiento de autoridades locales y federales acorraladas no sólo por la fuerza de los mercaderes ambulantes reyes de la piratería, sino del reconocido poder mayúsculo de Joaquín Guzmán Loera, vértice de la matanza que no termina en Sinaloa, Juárez, Tijuana y norte de Tamaulipas por ajuste de cuentas, y quien según reveló el subprocurador Santiago Vasconcelos en un reconocimiento público hecho a los talentos del delincuente desde Los Pinos, es visto como héroe y benefactor en la sierra donde se esconde.
Y nosotros que queríamos hombres duros para gobernar.

Tuesday, May 24, 2005

Generación Big Brother

Efraín Salazar Girón

Si nos atenemos a los números y a las tendencias, las generaciones de Big Brother y la Academia tendrán un peso significativo en los resultados electorales de los comicios restantes de este año y, por supuesto, del esperadísimo 2006, decía con autosuficiencia un joven maestro, aprendiz de brujo, sentado a la mesa en uno de esos restaurantes de cadena, frente a un grupito de estudiantes de una universidad privada, por los rumbos de San Rafael.
Son muchachos como ustedes, que en el 2000 tenían doce años y muchos que en el 2003 andaban en los quince y el año que viene cumplirán dieciocho o diecinueve, recitaba el de la voz cantante, que parecía activista de las fuerzas inferiores del Verde Ecologista o del PAN.
“¿Será?”, preguntó a mi lado un compañero de oficio, también picado por la curiosidad en la carrera presidencial y sus personajes visibles.
En ese momento recordé y le comenté que un correo electrónico me advirtió semanas atrás, que gente de Manuel López Obrador andaba tratando de convencer a una joven tabasqueña apodada La Chotis, para que se declarara simpatizante del rayito de esperanza –hoy de centro en el espectro político-, a cambio de llamadas de apoyo para que ganara esa desgastada competencia televisiva.
El asunto –dije-, es que a esta hora ya se desató una verdadera estampida en pos de la Presidencia de la República, en donde a falta del debate de propuestas de solución a los grandes desafíos de la Nación, de los programas de gobierno de cada uno de los aspirantes, sus plataformas políticas o el bosquejo del país que debemos construir desde cada punto de vista, las energías se diluyen en saber cuándo dejará Santiago Creel una secretaría de Gobernación que nunca acabó de asumir o los intentos de Felipe Calderón por comprar en diez mil pesos el reloj Tiffany´s de López Obrador, quien a su vez anunció su deseo de vivir en Palacio Nacional, como Benito Juárez, “en aras de la austeridad republicana”.
Y mientras maestro y alumnos discutían sobre los efectos del voto de la generación Big Brother en las elecciones del 2006, a unas cuadras de ahí, en las instalaciones del PRI, Roberto Madrazo se reunía con unos cuarenta diputados del PRI, comandados por Emilio Chuayffet, para revelar públicamente su búsqueda de la candidatura presidencial de su partido y pedirles su apoyo, luego del encuentro del lunes con gobernadores del Tucom, donde se dio el banderazo para la contienda interna.

Tuesday, May 17, 2005

Matando Canallas

Efraín Salazar Girón

AUNQUE sigue matando canallas con su cañón de futuro y mantiene intacto el sentimiento y la habilidad con la guitarra, Silvio Rodríguez, el gran Silvio, fue la prueba viviente en el Zócalo de la ciudad de México, de que para los seres humanos nada es lo mismo veinte años después.
Y no porque en la noche húmeda del sábado 14 de mayo el recital del trovador cubano hubiera desmerecido por alguna causa imputable a él, sino porque los de entonces ya no somos los mismos y los versos, incluso de Mi Unicornio Azul, resbalaron ligeros por nuestra piel ya no tan sensible ni tan tersa, junto a un hijo de 18 años -jeans y pelo largo-, que se besaba emocionado con una amiga.
Con una plancha de la Plaza de la Constitución colmada de seguidores en una gama que abarcaba de los quince a sesenta añeros y quizá más, Silvio Rodríguez, no obstante su claro liderazgo desplegado bajo el cobijo de Tláloc, según dijo, desafortunadamente mostró también su incapacidad para servir de instrumento y manipular políticamente al monstruo de mil cabezas, como le dicen en Viña del Mar al público exigente.
En un momento dado, el compositor quiso agradecer al gobierno de la ciudad de la esperanza haberlo llevado a ese templete para dar un espectáculo gratuito, luego de que el mismo público había abucheado a una funcionaria menor que se atrevió a subir al escenario para colgar verbalmente la medalla del mérito a autoridades locales encabezadas por el Peje, y apenas pudo dar, con una cuentas palabras, la bienvenida al exponente de la trova cubana.
Silvio Rodríguez, por su parte, apenas pudo referirse a lo dicho por la mensajera del tabasqueño repitiendo que México era sin duda la ciudad de la esperanza, cuando sintió el frío silencio de un público que había recorrido kilómetros para oírlo cantar y hablar de experiencias personales, y hasta permitirle presentar a tres trovadores invitados: al cubano Lázaro García, al mexicano Fernando Delgadillo y al uruguayo Daniel Viglietti, pero nada más.
Fue entonces cuando recuperamos algo del entusiasmo al ver la cerrazón del público para hacerle concesiones incluso al ídolo, autor e intérprete de piezas tan exquisitas como Ojalá, El Papalote, El Matador, y quien al rendir homenaje al mexicano Vicente Garrido, reveló que para él, “Ojos de papel volando”, segundo verso de una estrofa del Son de la Negra, de autor anónimo, es la frase mejor lograda de toda la letra de la música en español.
En ese momento recobraron brillo las luces de las torres de la Catedral a espaldas del escenario, las de Palacio Nacional y el Ayuntamiento, lo mismo que el bullicio de los presentes que bajaba por la calle Madero hasta Bellas Artes y la Alameda Central, junto con el de los vendedores de “periscopios”, plátanos asados, elotes, esquites y algodones dulces de colores.
El corazón se nutrió de momento, aunque ya nada fuera igual escuchando ahora, 20 años después, a un Silvio Rodríguez desaliñado, tocado con una gorra desgastada, camuflaje de la implacable calvicie y enormes lentes donde avanzan las dioptrías.

Wednesday, May 11, 2005

A Madres

Efraín Salazar Girón


No tener madre es buen o mal calificativo según se vea, porque cuando un mole con arroz o un caldo de res, o de pescado, son exquisitos, entran sin trámite en esa categoría… pero lo mismo pasa cuando alguien, hombre, mujer, político o trasvesti, se pasa de lanza en alguna acción y nos perjudica gravemente, “tampoco tiene”, decía el taxista cincuentón mientras daba vuelta con elegancia, en la calle de Revillagigedo, sobre la avenida Juárez.
En la amplia acera, frente a la Alameda Central, a un costado de la estación de una línea de turibuses, un organillero daba vuelta a la manivela del pesado instrumento, al tiempo que con la otra mano recibía unas monedas de parte de un joven sonriente en medio del bullicio endulzado por las notas del vals “Sobre las Olas”.
Mañana luminosa y cálida la de este 10 de Mayo, que al trabajador del volante le parecía más ordinaria que las sesiones de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y para quien el Día de las Madres tiene más propósito comercial que de verdadero reconocimiento a las llamadas autoras de nuestros días.
En el breve tránsito de la dejada, el hombre de aspecto sereno había entrado rápido al análisis del juego de palabras construido a través de años por el ingenio colectivo en torno al vértice de nuestros matriarcados, y donde “A madres”, es una expresión que revela abundancia, mientras que “es una mentada de madre” se dice de abusos y ofensas duras.
Pero eso sólo fue el camino para que el prestador del servicio llegara al destino al que casi siempre llevan las pláticas con quienes por su trato cotidiano con la gente, pasan a convertirse también en receptores y conductores de inquietudes y malestares sociales.
Bueno, los que no tienen madre, dijo, son los gobernantes que no cumplen y que se enriquecen a costillas del pueblo, sin que haya nadie que pueda obligarlos a rendir cuentas. Los tenemos que soportar seis años y al final los únicos beneficiados son ellos, sus familias y una cauda de seguidores cómplices que toman los cargos públicos como botín de guerra.
Para este hombre, curtido en el desencanto por subsecuentes gobiernos que mucho prometen y cumplen poco, todos los políticos, de todos, los partidos, “son lo mismo” y lo único que los mueve es la ambición por el poder.
Ahora –dijo-, entiende que el país vaya tan mal si el presidente Fox reconoció su mayor identificación como empresario y no como político, mientras López Obrador rechazó ser de izquierda y se acaba de definir -para The New York Times-, como “de centro” y “creyente”, para conseguir el visto bueno del imperio a unos días de que anunciara su intención de dejar el gobierno capitalino a fines de julio, para buscar la candidatura del PRD a la Presidencia de la República.
“Así nos va a ir… si gana”.

Monday, May 09, 2005

Visitas nocturnas

Fernando Bravo

UNO
Van tres noches seguidas que mi abuelo llega a mi cuarto, me tapa y me palmea la cabeza. Yo finjo dormir mientras me da su bendición. Con el alma en un hilo lo veo salir y rompo en sollozos. Mi querido abuelo murió hace una semana.

DOS
Llego a casa. Dos de la mañana. Voy a la cocina por un vaso de agua. Escucho ruidos, una voz. En la sala una anciana de aspecto dulce, teje y canta una canción de cuna. Uno ojillos negros, brillantes, levantan la vista y me miran. Desconcertado, pregunto quién la ha dejado entrar. Ella sin contestar deja de tejer, se levanta, abre la puerta y sale.
Al otro día, mostrándole el mantelito abandonado de la anciana, le reclamo a mi casera.
-¡Jesús!, ¿usted también? –dice, y se da la media vuelta, persignándose.
-Vieja loca –digo en voz baja, con la piel erizada y el tejido de estambre temblándome en las manos.

TRES
Medianoche sin luz por un cortocircuito en la colonia. El perro aúlla, rasca el portón y se para de patas. No me deja dormir. Molesto, busco una lámpara e intento averiguar qué pasa. Salgo. Un mendigo con sombrero de pico y barba crecida, andrajoso, duerme en la puerta.
El perro ladra sin parar, pero no se acerca.
- Levántese, no puede dormir aquí -digo.
- Está noche viene la muerte por usted, amigo –dice-, pero no se preocupe que yo la espero aquí.
- Váyase pinche lunático antes que llame a la policía –digo enojado y lo empujo con el pie.
Se va tambaleante, con la luz de mi linterna pegándole en la espalda. Y antes de dar la vuelta a la esquina se desploma, mientras los perros de la cuadra aúllan a coro con más fuerza.

Monday, May 02, 2005

No lo vuelvo a hacer

OBED COLLADO

Sería demasiado pensar que Dios me salvó la vida.
Simple y sencillamente la torpeza del tío Lalo al dar esa estúpida vuelta en "u" no fue suficiente para matarme, o matarnos.
Pero mis sermones para el borracho no sirven. Igual andaba yo, de todas maneras. Acabé con la rodilla raspada, pero sigo vivo.
No le doy las gracias a nadie, porque no creo que exista nadie a quien deba darle las gracias, pero sí le dije sus cosas al tío.
Luego de ingeniárselas con el "gato", logró "sacar" un golpe que impedía que el maldito auto caminara bien porque la lámina pegaba con la llanta.
Y qué decir del policía que vio al Fairmont subirse a la banqueta y estrellarse contra la súper maceta.
Ahhh! De milagro (si acaso existen) el compadre del Oaxaco logró echar la reversa y perder al motociclista, que curiosamente andaba a pie.
No prometo dejar la chela, ni el ron, ni el güisqui con soda. Lo que prometo es no volver a subirme al auto conducido por un demonio que ha perdido los reflejos.
Nada aprendió cuando fue "héroe". Nada aprendió cuando causó la carambola en Tlalpan.
Y nada he aprendido yo, que soy más joven, pero igual me doy mis "cubetazos".
Sobrevivirse a uno mismo es lo más patético. Dibujar el destino de manera tan tonta. Pero me voy a atrever a encontrar al culpable:
La Soledad.
El Oax, El tío, El Profe, y otros que comienzan el "nombre" con artículo han sido sus víctimas. Parece que nació con ellos y que jamás los dejará.
Yo no vi pasar toda mi vida en un instante inferior a un segundo.
Vi pasar al policía, que iba por "mordida" y no por ver si podía hacer algo por alguien.
Vi a la gente que volteaba a ver el Fairmont por el espantoso ruido de la lámina pegada a la llanta.
Vi pasar a muchos policías que no sospecharon al ver el lado derecho frontal destrozado. La defensa partida. El faro cambiado de posición, pero intacto.
Y la puerta derecha. Que ya no abría por culpa del golpe.
Pero el Tío Lalo no entiende. Se cree el súper corredor cuando está ebrio. Y estar ebrio es lo de menos, que para mí es como estar sobrio.
Al Tío Lalo le daré mi bendición y le pagaré otros tragos.
Pero para el regreso, prefiero darle sus 50 pesos al "Bigos", antes que treparme de nuevo en esa nave del olvido, que va hacia ninguna parte, pero te reencuentra con la soledad que creíste que escapó en botellas de cerveza vacías.
Buen viaje, Tío Lalo. No vuelvo a ser testigo de tus aires de Dios al volante.

Thursday, April 21, 2005

Hay un hippie bajo mi piel

Fernando Bravo

Abro la ventana. La noche es una perla negra, una gran alfombra obscura para salir a bailar descalzo, contar las estrellas y ponerles nombres.
Tomo el teléfono y la llamo.
-Hola, ¿cómo estás?
-Bien y tú.
-También. ¿Qué haces?
-Nada.
-Te invito a bailar.
-¿A esta hora? Estás loco. Son las 10 de la noche. ¿a dónde quieres ir?
-Al Califa.
-¿A dónde?
-Al California Dancing Club.
-¡Qué naco eres¡ ¡Claro que no!
-¿A dónde propones? Sólo quiero verte.
-Mmmmm. Ven a mi casa y vemos. ¿Va?
-Va que va.
Durante las 5 cuadras que separan su casa de la mía, presiono los timbres y echo correr hasta llegar a cada esquina.
Llego frente a su puerta, con el cabello alborotado y envuelto en esa colonia que me regaló y que a mí me provoca un ligero mareo. Miro mi viejo reloj y le arranco las manecillas para que se detenga, pero increíblemente sigue su tic tac.
Toco.
Está bellísima. Un vestido azul, estampado, vaporoso, genial para las noches calurosas de primavera.
Metida los pies en zapatillas de tacón de correas cruzadas, ella sonríe.
Me abraza y la beso.
-Oye, ¿por qué no te arreglas la corbata, cambias de camisa, limpias tus zapatos y amarras tus agujetas, eh?
-¿Cómo?
-Estás con la misma camisa que hace 5 días; incluso tienes la marca de mi labial en la manga.
-Ya –digo, dándome cuenta de que tiene razón-, lo que pasa es que acabo de encontrar bajo mi almohada los aretes que le faltan a la luna, me salió un ojo de pescado en el dedo meñique del pie izquierdo y bueno, después de todo, aún hay un hippie bajo mi piel.
Estalla en risas, como casi siempre que me exige explicaciones y yo digo lo primero que se me ocurre.
-¿Bailamos?
-Claro.
La abrazo.
Y bailamos, y bailamos, quemando la noche como una varita de incienso, mientras los susurros de las estrellas gotean sobre nuestras cabezas.

Monday, April 18, 2005

Yo no fui, fue el gato

Gilberto Quiroz

La pelotita era colorida y llamativa. Tenía cuatro horas sobre la mesa de la sala principal, seguramente porque nadie estaba en la casa de los señores Godínez. Todos, a excepción de “Tiger”, habían salido en tropel entre gritos de alegría, por lo que sólo imperaba el silencio.
Un estrepitoso ruido terminó con la calma. La puerta de la calle se abrió de golpe y unos diez segundos después el jarrón chino de la abuelita quedó hecho pedazos. Casi al mismo tiempo la pelotita desapareció de la escena y un montón de niños entró con varias bolsas de chicharrones y papas. De tras de ellos alguien cargaba un pastel.
¿Dónde está la pelotita?, gritaron los niños soltando las bolsas sobre la alfombra. La puerta del baño se abrió y apareció Pedro. Fuiste tú, le gritaron a coro. “¿Yo qué, muchachos? Más se tardó en decir la frase que en verse levantado por piernas y brazos, mientras que otro de sus compañeros se montó sobre su abdomen. Comenzaron a aventarlo hacia arriba. “No, esperen. Por lo menos explíquenme que pasa”. Tú agarraste la pelotita, le contestaron.
Pedro no tenía ni idea de lo que decían. Sólo atinó a decirles que le dolía el estómago. Todos se miraron unos a otros y tras breves instantes lo depositaron suavemente sobre la alfombra. La pelotita es tuya pero... ¿no podrías haber esperado un poco?, le dijeron en un tono tranquilo. Pero muchachos, les contestó, en realidad no se de qué me hablan.
Los chicos se sentaron en círculo con actitud seria a lo largo del sofá para explicarle. “Cuando salimos no estabas tú. Dejamos una pelotita de colores sobre la mesita de la sala y además.... ¡Qué barbaridad¡ ¡El jarrón de tu abuelita! Encima de eso lo rompiste.... Molesto, Pedro alzó la voz. “Un momento yo no rompí nada y no he visto la pelota. Yo solo llegué directamente al baño porqué tenía una urgencia que no van a querer ustedes averiguar”. Bueno, Pedro, cálmate, le respondieron, a fin de cuentas era tuya y esperamos que te guste.
El teléfono comenzó a sonar con insistencia y en medio de un tenso silencio nadie se atrevía a contestar. La fiesta era sorpresa y los señores Godínez no sabían nada. Además de ello, había malas noticias para abuelita. Pedro reunió todo su valor y levantó el auricular. Bueno, dijo con la voz quebrada. “Hola mi vida. ¿Cómo estás? Ya no tardó en llegar a la casa. Si revisas bien te encontrarás con el gatito que tanto me pedías”. Pedro sólo atinó a decir “Gracias... abuelita....yo...yo... te espero”.
Cuando Pedro les contó todo a sus amigos, buscaron hasta que encontraron a “Tiger”. El animalito se había quedado dormido con la pelotita muy cerca de su vientre. La ternura embargó a todos y Pedro dijo sereno y seguro: Yo no fui, fue el gato. Pero el jarrón era lo que más valoraba mi abuelita.

Sunday, April 17, 2005

Antesala del Infierno

Obed Collado

"Esta es la primera".

Bebiendo cerveza, como todos los fines de semana, en la misma antesala del infierno.
Te preguntas dónde está tu diablita.
La respuesta es la misma de siempre.
Pero estás ahí, pequeño demonio, observando a los que creen pertenecer a tu misma raza infernal. Los analizas, los escudriñas cuidadosamente. Te crees un observador. Y entonces, diablillo, ¿por qué te sientes tan mal?

"Esta es la segunda".

Sigues. Insistes. Bebes como si eso te convirtiera en un ser AMABLE.
Pequeño demonio. Ningún mortal parece notar tu rojiza presencia.
Paradójicamente, eres tú el tentador de tantos pecadores que se van a casa (o al "cinco letras") felices.

"Esta es la tercera".

Cuánto has bebido diablito. La borrachera no merma tu capacidad tentadora de mortales que se sienten hermanos tuyos.
En esa cantinucha (que sólo tú sabes es una entradita del infierno), todo mundo va a sentirse "libre". Incluido tú, que en realidad estás ahí porque esa es tu chamba.

"Esta es la cuarta".

Extrañamente, hoy has ido al baño muchísimas veces.
Normalmente pasan "horas chela" para que eso ocurra, pero hoy, vas al baño dos veces por cada cerveza. Qué raro, insignificante hijo de Luzbel.
Como sea, no parece que haya nadie dispuesto a pecar usando tu infernal figura.

"Esta es la quinta".

Te "aplastas". No te mueves de tu lugar hasta que un par de señoras se saltan la parte en la que te hubieran guiñado el ojo y te piden, cada una, una cosa:
La más "viejosa", que la invites a cenar.
La menos fea, que la invites a bailar.

"Esta es la sexta".

Pequeño demonio. Has sobrevivido, una noche más, la noche de los mortales que creen que están en una cantina de mala muerte. (Nadie sabe que por ahí entras y sales de tu casa). Y resulta que tú última cerveza es la número 18. Pero para no perder la cuenta, en cada "cubeta" que te sirven, las pides una por una las chelas. Para evitar a los gorrones.
Por envidioso, los otros demonios a los que tanto quieres, hoy (ayer) no acudieron a ese portal del infierno que sólo tú y ellos conocen.
Y para acabarla. Tienes que pagar lo que consumes.

Wednesday, April 13, 2005

Batallas

Fernando Bravo

A Ruth, Sandra, Toño y americanistas.

UNO
Como un buen kamikaze crucé la línea enemiga. Tenía las costillas lastimadas por los codazos y las piernas marcadas de tachones. Podrido de rencor, ahora les haría pagar las afrentas.
Con el esférico cosido a los botines y el sudor perlando mi frente, sonreí
cuando el portero, último reducto, salió a mi encuentro, derrotado y con la desesperación en los ojos.
Dudé en disparar y acabar con su agonía, pero mi venganza tenía que ser completa y ahora jugaría un poco al gato y al ratón antes de darle el zarpazo final. Es la guerra, pensé sin remordimientos.
En ese momento una bengala pegó en su hombro y lo hizo caer en el campo.
Después todo fue confusión. El humo y un flash en la cabeza me nublaron la vista y me hicieron perder el sentido.

DOS
Salí del marasmo ante los gritos de Orteguita y Panchito, que con el suéter
del uniforme amarrado a la cintura me hacían señas de tirar raso y a la izquierda del guardameta, pegado a las mochilas que hacían la función de poste.
Un penalti. El marcador era 2-2.
Sonaba el timbre del fin del recreo cuando enfile al marco para pegarle con todas mis fuerzas a la pelota, pensando ya en las chaparritas y gansitos de premio a la salida de la escuela.
De tantas ganas clavé el empeine en la tierra, tropecé y caí de bruces, chocando la cabeza contra el suelo. Y de vuelta a la inconsciencia, en medio de las risas de mis compañeros.

TRES
Desperté acostado en la camilla. El médico me limpiaba con un algodón y decía: -tranquilo, no te muevas, fue una bengala que no te hizo mayor daño.
Sentí miedo. A ras de campo, el terreno ardía en llamas y desde las gradas llovían más bengalas, monedas y botellas. Miles de rostros enloquecidos de furia gritaban y saltaban.
Sonreí nervioso y cerré los ojos, pensando en un partido infantil de "coladeritas", donde el mayor temor era recibir un gol ya que tenía que quitarme la camisa y enseñar el costillar. Vi las calles lodosas después de las tormentas de junio, media docena de piernas en busca del balón con los zapatos rotos y las calcetas llenas de barro.
Y escuché claramente la voz chillona y débil de Orteguita que, con la autoridad de ser el dueño de la pelota, decía: "quien meta el gol gana, ¿sale?".

Tuesday, April 12, 2005

Por sus frutos

Efraín Salazar Girón

Ayer comí con un amigo conocedor del laberinto político nacional y quien hace años se liberó de la ingenuidad que a algunos seres humanos nos acompaña durante un tramo del camino.
Cuando las veredas de la charla nos llevaron al cacareado tema del desafuero y teniendo enfrente a uno de los bufones de ese espectáculo circense que tuvo su clímax el pasado jueves en el Palacio Legislativo de San Lázaro, Juan Molinar Horcacitas, exconsejero del IFE, hoy diputado panista ardiente defensor del estado de Derecho, nuestro amigo recordó que la política ha sido sucia desde el amanecer de la historia y que la búsqueda del poder siempre ha estado plagada de intrigas, celadas, patrióticas ejecuciones y asesinatos viles, como el de los generales Francisco Villa y Emiliano Zapata, incluso entre hermanos de sangre o de partido.
“Así que si éste”, dijo en referencia a López Obrador, “esperaba que no lo tocaran, aunque muchas veces pidió que lo dieran por muerto, no sabe en dónde está metido, y si sabe, entonces por qué se escandaliza si a la mala, como dice, lo están tratando de hacer a un lado del camino”.
“¿Qué esperaba?”, “¿Qué lo llevaran a Los Pinos escoltado?”.... “En este baile de la política hay pisotones y fuertes, y si no le gusta que lo pisen, muy sencillo, entonces que no baile”.
Es claro que López Obrador lo que busca es la Presidencia de la República, el cargo público concentrador del mayor poder político en México y en ese camino se ha sabido valer de necesidades de la gente, como las de aquellos pescadores y campesinos afectados en sus tierras y aguas por Pemex en su natal Tabasco, y cuya exigencia de indemnización por la paraestatal el hoy desaforado encabezó en los años ochenta, recurriendo entonces al cierre de caminos y a la toma de instalaciones petroleras.
Hoy el de Macuspana no tiene empacho en sumar a su causa o “su proyecto”, a las redes ciudadanas de Manuel Camacho Solís, en su momento defensor de Carlos Salinas, lo mismo que antes a René Bejarano y su estructura en el Distrito Federal o capitalizar el abandono en que los gobiernos y los partidos políticos han mantenido a los ancianos de este país, para quienes en la ciudad de la esperanza López Obrador instrumentó una humanitaria ayuda de pensión alimenticia por la que un sinfín de estas personas le están profundamente agradecidas.
López Obrador quiere pues llegar a Los Pinos y para ello se ha valido y se vale de todo lo que se pone a su alcance en los sectores público y privado. Entonces no puede soslayar a sus adversarios dispuestos también a todo con tal de ganarle la partida.
Siempre ha sido así, que no se llame a sorpresa ni él ni sus seguidores. De otro modo, pasará por ingenuo o será presa de su vocación de mártir.

Friday, April 08, 2005

Ya no te quiero más

Fernando Bravo

UNO
Ardía en fiebre cuando me acosté. Soñé con un campo verde y un caminito de piedras lisas y arrullos de viento. Triste, con tu nombre grabado en el pecho y las manos manchadas de ausencia, empecé a voltear una a una las piedras, como un gulliver enloquecido, buscándote. Desperté sudando, con la uñas llenas de tierra, en una cama rodeada de botellas vacías, discos y libros deshojados.
Me invadió el miedo y grité tu nombre, pero sólo el eco repetido en tu par de zuecos de caoba arrumbados en la esquina me respondieron que no estás más, que te marchaste porque necesitabas tiempo para “madurar” .
Han pasado 11 meses, decenas de cartas, un agujero más en el cinturón, dos conciertos de Fito Páez y tres fiebres con fantasmas en las paredes.

DOS
No me siento bien. De tanto quererte ya no te quiero más. Y aunque eras la medida de mi amor, el acuerdo tácito era que me dejaras amarte y, a cambio, yo te permitiría que soñaras cada fin de semana con viajar a Europa en barquitos de papel y regresaras volando envuelta en polvos de ángel.
Tus besos sin locomotoras ni grillos ahora no llegan junto con el correo desde el Mediterráneo. Y yo me quedo paralizado, sentado en nuestra banca preferida del parque, con los brazos cruzados como flores sin mariposas ni mariquitas.
Una parvada de urracas cruza el cielo con malos augurios y me tapa el sol, bajo el cual no estamos tú y yo contándonos historias de princesas y magos.


TRES
Como una piedra rompiendo el húmedo silencio del pozo, ayer llegó la última carta.
“Ya no soy la misma. En un año he cambiado mucho e incluso no me reconocerías y quién sabe si todavía te sea una persona grata. Ahora tengo una responsabilidad que me hace ser menos impulsiva. Cuídate.
PD. No tengo una enfermedad incurable, no me he casado, no me volví lesbiana (aunque no estaría mal), ¿adivinas? Y bueno, sólo cuídate y gracias por todo, pues de tanto quererte... ya no te quiero más”.

Tuesday, April 05, 2005

San Lázaro

Efraín Salazar Girón

Caminando por el rumbo del Metro Buenavista, al filo de las dos de la tarde, no se percibe ese tufo de fin del mundo que se anuncian desde el PRD los profetas del Apocalipsis ante el inevitable desafuero de Manuel López Obrador mañana en San Lázaro.
No sucede lo mismo dentro de un microtaxi, donde protegidos de los candentes rayos solares escuchamos por la radio decir a Jacobo Zabludowsky que Emilio Chuayffet estima que hasta el último momento los diputados del PRI decidirán si ayudan a retirarle la inmunidad al tabasqueño para que un juez lo procese por presunto desacato a un amparo en el caso de El Encino, mientras el encabezado de un diario reza en una esquina que Manlio Fabio Beltrones afila la guadaña para darle mate al de Macuspana.
Disuelto a medias en el calor primaveral de la urbe, el mexicano luto por la muerte de Juan Pablo II a cuyas honras fúnebres está estimada la asistencia de 200 jefes de Estado y de gobierno, la suerte de López Obrador estará en manos de una centena de diputados del PRI, que son los que necesitan para ganar la partida el PAN y el Verde que ya están comprometidos con el desafuero.
Y mientras en el Palacio Legislativo siguen los cabildeos de último momento de Manuel Camacho, Ricardo Monreal y Pablo Gómez para tratar de abrir un resquicio de escape para el presunto desacatador, este aprovecha a recta final para darle con el látigo de sus desprecio a los integrantes de la LX Legislatura, al anunciar con bombo y platillo que hablará primero “ante el pueblo” –al que volverá a llamar a la resistencia civil-, y luego ante el Congreso.
Además, mientras el pueblo de clase media y del sector popular atraviesa por el cruce de Insurgentes Norte y Alzate o Eje Uno Norte, cerca de una parada en construcción del famoso Metrobús, si se alcanza a percibir el ambiente ese propósito del Peje de Gobierno de ser encarcelado para desde la celda hacer campaña por la presidencia de la República, en una copia quizá pirata de un Nelson Mandela totonaca.
Todo ocurre en un transitado punto, a varias estaciones del Metro del Palacio Legislativo de San Lázaro y a bastantes cuadras del Zócalo donde mañana comenzará tal vez la última batalla legal de López Obrador y mientras en la atmosfera se esparce una vieja rola de los Creedence, de una versión hechiza que un vendedor callejero ofrece en 10 pesos.

Wednesday, March 30, 2005

Nostalgia citadina

FERNANDO BRAVO

UNO
Patricia me mira e inunda el salón de clase con miles de estrellitas y luces de colores. Me toca el rostro. Ríe al decirme lo frío que estoy.
-Pareces muerto -dice.
-Es que siempre he sido de sangre helada –digo, y los dos reímos como poseídos.
Un mechón de pelo azabache adorna su frente. El lunar de su mejilla luce genial cerca de su boca llena de perlas y promesas. Es amor, pienso.
Ella y yo, 10 años. Invierno. Salgo bien abrigado de casa rumbo a la escuela, pero en el camino me despojo de suéter y gorra, exponiendo cara y pecho a la fría mañana, para que después sus manos calienten mi rostro con caricias infantiles.
Es amor, pienso.

DOS
Rosalva es una mujer corpulenta, de rápido andar y movimientos pensados en relación a su camino trazado. Catorce años. Es el tipo de belleza que reside su fuerza en la entereza del espíritu. Casi nada la ablanda, pero a veces me observa bajo una nube de incertidumbre.
-¿Estudiamos esta tarde en mi casa para el examen de mañana? -dice.
Yo oprimo su mano, le besó la frente y recuesto su cabeza en mis piernas.
La miro y pienso: si logro salir de la serie de exámenes reprobados y que no me corran de casa ni de la escuela secundaria, te buscaré para no separarme nunca de ti.

TRES
Irene, la pequeña conejita no tiene lugar fijo de residencia. Esa peligrosa sonrisa que parece decir miles de cosas, huye en dirección al infierno pensando con intensidad en ir al cielo. O a lo mejor es al contrario. De ella nunca lo sabré.
Si la beso en los labios, el día se esparce y no se acaba nunca. Caen las hojas de los árboles en Ciudad Universitaria.
Ella se empeña en reír y saltar a mi alrededor y a mí, que me encanta el juego pero sin un peso en la bolsa para regalarle una flor, se me oprime el pecho de angustia pensando en lo que pasará al día siguiente.

CUATRO
Sentado en el sillón, prendo un cigarrillo mientras observo con atención las fotos de Patricia, Rosalva e Irene. El humo y las imágenes se mezclan. Salgo a caminar a la calle con las fotografías en el bolsillo. Tres de la mañana.
Al cruzar el parque, el mendigo de la banca me pide una moneda. Yo meto la mano al pantalón y sólo encuentro las fotos. Se las doy. Alzando los hombros le digo que es todo lo que tengo. El las toma riéndose como el loco que es y las guarda.Doy la vuelta. Y mientras el aire fresco de la madrugada me abraza, un fluido como un pequeño tsunami recorre mis mejillas y sala mis labios.

Monday, March 28, 2005

El rehén

Judith García Aura

Uno de los hombres más pobres de la colonia Guerrero fue robado.
Don Venancio, es uno de esos personajes que forman parte de la historia de la delegación Cuauhtémoc. Desde hace más de tres décadas vendía periódicos en la esquina Guerrero y Degollado.
El es uno de esos hombres nadie contrata porque rebasa los 50 años edad. Desde chicos, siguió el mismo oficio de su padre y su abuelo, y también heredó sus deudas.
Todos los días, desde las siete de la mañana, armado con una gorra y overol azul marino, caminaba entre los autos y voceaba las principales notas del día.
Una mañana, no se le volvió a escuchar.
El día anterior, unos hombres le apuntaron con una pistola en el abdomen y se llevaron todo lo que había vendido durante el día. Don Venancio, no quiso levantar una denuncia, a pesar de que los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del DF, se lo sugirieron. “Estoy vivo –les dijo- y eso es suficiente”.
Lo peor pasó al día siguiente: pues iba abrir su puesto, descubrió que los delincuentes se llevaron los cinco mil pesos que tenía en mercancía. Para él y su familia, es una deuda impagable. Se quedaron sin su único ingreso.
Ahora ese hombre, el más pobre de la colonia Guerrero, se convirtió en rehén de la delincuencia, y al final terminó huyendo por temor a que otra vez volviera a ser asaltado.


 

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