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Monday, March 07, 2005

Viejo que se muere.

EFRAIN SALAZAR GIRON

Ni duda hay que el grueso de los agentes de Policía y Tránsito tiene cualidades especiales y natural inclinación para cerrar calles y prohibir el paso.
Ellos, cuya razón esencial de ser sería dar fluidez al tránsito vehicular en la saturadísima metrópoli, parecen gozar cuando durante marchas y plantones atraviesan patrullas y vallas metálicas bloqueando el paso de automovilistas y gente, sin dar otra alternativa que la propuesta por Ramón Aguirre en su tiempo, de que: "Al que no le guste, que se vaya pa´ su pueblo".
Esto nada ha cambiado en un Distrito Federal hoy conocido como la Ciudad de la Esperanza.
El martes primero de marzo lo constatamos como si hiciera falta.
Ya nos habían advertido por diversos medios que por la construcción del famoso Metrobús, a partir del arranque de este mes de la primavera, del nacimiento de Benito Juárez y de la fundación del abuelo del PRI, estaría prohibida la vuelta a la izquierda en la avenida de los Insurgentes, no obstante, que en muchos puntos existe semaforización para ello.
Desde las primeras horas de la mañana del lunes, gozosos, con uniformes limpios, botas lustrosas y anteojos oscuros, cual Ericks Estrada caracterizados de Poncharellos de nuestro tiempo, vimos lo mismo en el cruce de Félix Cuevas que en el de Antonio Caso, a patrulleros y demás subalternos de Joel Ortega que, en grupos voluminosos y en actitud de estar custodiando cuando menos el paso del Papa, lo que hacían era impedir que algún despistado ignorante de la trascendental medida, o algún pasado de listo, quisiera dar vuelta en los
puntos prohibidos para ir a su trabajo, la escuela o a ver a
su suegra.
No dejamos de preguntarnos la felicidad que producirían a los automovilistas y los beneficios para la ciudad de la esperanza, si los uniformados y sus jefes, incluido el de Macuspana, pusieran la mitad de ese empeño mostrado para cerrar calles o prohibir el paso, en agilizar el tránsito vehicular en la esclerótica urbe.Pero nos reímos cuando recordamos que los esfuerzos están centrados en aprovechar la propaganda por el desafuero, y en ganar con Leonel II y Martí Batres las dirigencias nacional y local de un PRD que no es suficiente para la Presidencia en el 2006.
Mientras tanto, también sobre la avenida de los Insurgentes, tendido como un viejo que se muere, el PRI cumple 76 años del nacimiento de su abuelo el PNR, mientras hace planes para pelear -con Beatriz Paredes al frente-, por volver al Gobierno de un Distrito Federal que nunca ha logrado por el voto, pero que lo mismo abandonó a su suerte en los tiempos de la Regencia, mucho antes de este Gobierno de segundos pisos incompletos.

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