Democracia disputada
Efraín Salazar Girón
Seguirán marchas y plantones en la calurosa metrópoli, y más cuando el PAN y el foxismo -si eso existe-, quieren monopolizar la democracia mexicana, cualquier cosa que esto sea.
Con cuatro años y feria en el poder, muy entrado en cinco, y con muy magros resultados en beneficio del respetable, el gobierno actual ya está organizando una manifestación para el dos de julio, con el propósito, dijo Fox, de conmemorar el triunfo panista del año 2000.
A falta de mejores pretextos para el festín, pretenden convertir esa fecha en un parteaguas de la historia moderna del paisito, vendiendo la idea de que muy triste sería nuestra suerte si ellos no se hubieran apersonado en estos parajes para sacar al PRI de Los Pinoles.
Pero más tardó el de las botas en lanzar su proclama desde Boca del Río, Veracruz, y su convocatoria a panistas para reunirse en el Angel de la Independencia y de ahí lanzarse otras vez por la presidencia de la República, que en recibir acuse de recibo de personajes como Emilio Chuayffet, líder de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, quien en un lance por equilibrio en el marcador denunció que el inquilino de Los Pinos y el PAN se quieren llevar todo el crédito y tratar de aparentar que ellos solitos construyeron el entramado del actual México lindo y querido.
Chuayffet afirmó que la democracia no le pertenece al PAN, sino a todos los mexicanos y de paso señaló que con el gobierno actual no ha habido progreso y aún le restan 17 meses muy complicados.
Todo esto vemos pasar desde una banca de la empolvada Alameda Central, a un lado del Hemiciclo y frente al edificio casi terminado de la nueva sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que el Peje inaugurará el mes próximo antes de irse de lleno a su campaña y que Luis Ernesto Derbez usará apenas unas semanas si es que se va al Banco Interamericano de Desarrollo, como por ahí se dice.
Poca gente camina en la mañana del lunes por la acera sur de esta isla arbolada del centro de la ciudad, que se debate entre lemas de precampaña, obras a paso veloz y ocurrencias de quien hace cinco años usufructuó la inconformidad y cosechó el voto útil, pero dilapidó en pocos meses un capital político pocas veces visto y se atascó en los áridos caminos de la política, para dar hoy un brinco al pasado del “desarrollo estabilizador”.
Y mientras las aves cantan entre los pálidos follajes, a muchos kilómetros de ahí, en Coyoacán, son velados los restos del internacionalista Adolfo Aguilar Zinser, colaborador de Fox que algo de lustre dio en la ONU a la política exterior del condensado sexenio, y que fue corrido del gabinetazo por reconocer que en Estados Unidos nos ven como patio trasero.
Seguirán marchas y plantones en la calurosa metrópoli, y más cuando el PAN y el foxismo -si eso existe-, quieren monopolizar la democracia mexicana, cualquier cosa que esto sea.
Con cuatro años y feria en el poder, muy entrado en cinco, y con muy magros resultados en beneficio del respetable, el gobierno actual ya está organizando una manifestación para el dos de julio, con el propósito, dijo Fox, de conmemorar el triunfo panista del año 2000.
A falta de mejores pretextos para el festín, pretenden convertir esa fecha en un parteaguas de la historia moderna del paisito, vendiendo la idea de que muy triste sería nuestra suerte si ellos no se hubieran apersonado en estos parajes para sacar al PRI de Los Pinoles.
Pero más tardó el de las botas en lanzar su proclama desde Boca del Río, Veracruz, y su convocatoria a panistas para reunirse en el Angel de la Independencia y de ahí lanzarse otras vez por la presidencia de la República, que en recibir acuse de recibo de personajes como Emilio Chuayffet, líder de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, quien en un lance por equilibrio en el marcador denunció que el inquilino de Los Pinos y el PAN se quieren llevar todo el crédito y tratar de aparentar que ellos solitos construyeron el entramado del actual México lindo y querido.
Chuayffet afirmó que la democracia no le pertenece al PAN, sino a todos los mexicanos y de paso señaló que con el gobierno actual no ha habido progreso y aún le restan 17 meses muy complicados.
Todo esto vemos pasar desde una banca de la empolvada Alameda Central, a un lado del Hemiciclo y frente al edificio casi terminado de la nueva sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que el Peje inaugurará el mes próximo antes de irse de lleno a su campaña y que Luis Ernesto Derbez usará apenas unas semanas si es que se va al Banco Interamericano de Desarrollo, como por ahí se dice.
Poca gente camina en la mañana del lunes por la acera sur de esta isla arbolada del centro de la ciudad, que se debate entre lemas de precampaña, obras a paso veloz y ocurrencias de quien hace cinco años usufructuó la inconformidad y cosechó el voto útil, pero dilapidó en pocos meses un capital político pocas veces visto y se atascó en los áridos caminos de la política, para dar hoy un brinco al pasado del “desarrollo estabilizador”.
Y mientras las aves cantan entre los pálidos follajes, a muchos kilómetros de ahí, en Coyoacán, son velados los restos del internacionalista Adolfo Aguilar Zinser, colaborador de Fox que algo de lustre dio en la ONU a la política exterior del condensado sexenio, y que fue corrido del gabinetazo por reconocer que en Estados Unidos nos ven como patio trasero.
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