Las otras crónicas

Consulta el índice de todas las crónicas por autor

Sunday, August 07, 2005

Las Pirañas

Obed Collado

Alex me insistió en que quería ir al "teibol".
-Sale caro, we -le dije.
-No hay pex, yo invito -me contestó.
-Bueno... -me dije a mí mismo.
"Las Pirañas". Que me devoren, pensé. Entramos.
Clásico revisón de arriba pa' abajo a ver si no traes armas: "Son unos discos", le dije al tipo que me estaba basculeando cuando tentó una bolsa del chaleco.
Mesa central: "Pa' que las vea bien; todas son virgencitas". (Nunca he entendido por qué los tipos que te llevan al "baile" creen que te convencen con lo de las "virgencitas").
Pocos clientes, muchos meseros y algunas "teiboleras".
Sin necesidad de haber ingerido una sola chela de a cien varos, me di cuenta que el espectáculo era deprimente. A qué lugar me dejé llevar. El Alex tenía cara de "what". Tampoco entendía en dónde nos había metido.
No había nadie bailando. Unas cuantas mujeres en vestidos cortitos de muy mal ver.
Y que se acercan dos. Que de tan feas y flacas parecían viejas.
-Hola, cómo están -nos preguntaron a coro.
-Bien, y ustedes -les respondimos a coro.
-¿Me puedo sentar en tus piernas? -me dijo la menos fea. A Alex ni permiso le pidieron. Ya lo tenían bien abrazadito.
Nos empezaron a hacer la clásica plática de qué si ya habíamos ido allí, y que si estaba chido el lugar, y bla, bla, bla, -"invítame una copa"- bla, bla, bla.
-Al ratito, primero vamos a checar el "material" -dije yo. Y se fueron, con caritas de decepción y despidiéndose dándonos la mano (como saluda uno a los cuates).
Total, empezó la "variedá". Una gorda joven (pero igual de fea que las flacas). Bailando con la gracia de una cucaracha entrenada. Arrítimica. Sin atractivo de ningún tipo.
La primera "canción", la clásica "coreografía" de "ahorita me les encuero". La segunda "canción": "ahorita verán lo que es bueno": La tercera "canción": "Ya me vieron, ya me voy".
Ni pa' reírnos. Si acaso por lo absurdo de la situación. De pagar por ver algo espantoso.
Pobres chavas. La pobreza se les ve por todos lados y en todos sentidos. Mujeres que no encuentran trabajo de nada. No saben hablar, ni vestir, ni bailar, ni encuerarse, ni seducir.
Pero sólo pasa en "teibolitos" como este: "Las Pirañas". El nombre nos debió indicar otra cosa, una clara advertencia.
Una chela cada quien y nos salimos. Sin dar propinas. Pero les dimos la bendición a las chicas (y a las grandes, que también las había), para que algo bueno les pase.
Ahora, más las ganas de curarnos el espanto que las otras "ganas", nos obligaron a buscar algo de más categoría.
La verdad no fue difícil hallar algo más decente. Ahí valió la pena despilfarrar la lana del buen Alex.
Pero el espanto de "Las Pirañas" nunca lo he podido olvidar, más que nada por la pena de que no a todos los seres humanos les va bien en la vida.
El otro día pasé por ahí. Me abordaron de volada los tipos estos de las tarjetas. "Pásele pa' que lo conozca; tenemos puras virgencitas". De nuevo la absurda invitación, que nunca ha funcionado conmigo (ni con nadie, supongo).
Esa vez (como otras), preferí mil veces irme a mi casa a ver la tele.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home


 

Click Here