Las otras crónicas

Consulta el índice de todas las crónicas por autor

Monday, February 21, 2005

Chica iceberg

Fernando Bravo

La fiesta a reventar. Las mesas ocupadas. Vengo de la Facultad, con periódico y libro en el saco de pana. Me invita a sentarme junto a ella y quita su bolso de la silla. Me mira a través de sus grandes ojos negros y pregunta sin más:
-¿Te gusta el cine? ¿has visto Titanic?
-No. ¿Tú si?, ¿es buena? –digo sinceramente.
-¿Qué si es buena?, ¡es la mejor película! –responde entrelazando las manos a la altura de su barbilla y ladeando la cara-. ¿Te canto la canción?
-Como quieras –digo, imitando su postura y pensando que me quiere tomar el pelo.
El arete de su ceja brilla. Canta en un inglés suave como durazno, salpicado de breves pausas y palabras recortadas. Tiene linda voz.
-Antes iba mucho a las tardeadas de Polymarch. La música electrónica me vuelve loca –dice cambiando de tema, en el preciso momento que empieza una canción con sintetizador.
Me jala del brazo.
-Vamos a bailar.
-Sólo sé bailar de a cartoncito de cerveza –digo, para enfriar su ánimo.
Pero ella no se arredra.
-¿Me enseñas?, ¿cómo es?
Trago saliva, mientras veo las luces de colores que pasan una y otra vez en su blusa entallada.
-Sólo abrázame fuerte, mientras yo pongo las manos en tus trenzas como si tu cabeza fuera un gran algodón de azúcar –miento, al ver su actitud decidida.
Entonces se pega a mí como una lapa. Apenas me deja respirar. Me aprieta fuerte y ríe ante mi desconcierto.
Comienza a cantar otra vez el tema de Titanic.
-¿Has pensado en el suicidio en alguna ocasión? –dice de improviso.
-No, ¿y tú?
-Hace cuatro meses me dejo mi novio y me corte las venas –dice, mostrándome dos largas cicatrices en la muñecas.
Arrugo la frente y atino sólo a decir: -uggg.
Ella empieza a reír.
-¿Te han dicho que estás loca?
-Sí, todo el tiempo. ¿Y a ti te han dicho que pareces un iraquí asustado?
-No. Debo ir al baño –digo.
Al zafarme me corto un dedo con el broche de su pelo. Ella toma mi mano y chupa la sangre. Y me muerde.
Despavorido corro al baño. Mojo mis palmas y me echo agua en el pelo y la frente.
Respiro hondo y me asomo a la puerta. Ella espera a unos pasos. Pasan 10, 15 minutos.
En un descuido salgo sin que me vea y exhalo aliviado al pisar la calle.
Camino, meto las manos a los bolsillos y veo mi libro: Escritos de un viejo indecente, de Charles Bukowski. En la portada un anciano cacarizo y de barba desarreglada, con cigarrillo y cerveza en mano, ríe como si advirtiera mi agitación.
La foto se me hace insoportable, así que envuelvo el libro con el periódico y los lanzo lejos, con la certeza de que Chinaski sólo me gusta en literatura y Titanic nunca será mi película preferida.

Tuesday, February 15, 2005

Por los caminos del sur

Efraín Salazar Girón

Todos los caminos llevan al Distrito Federal.
Cuando menos todos los caminos políticos van y vienen de la urbe donde aún se conserva el trono de Moctezuma.
Aunque el Benemérito llevó su Gobierno andante hasta Paso del Norte, hoy Ciudad Juárez, al fin retornó a la capital del país para consolidar la Reforma y darle nombre al todavía arbolado Paseo por donde se puede llegar y salir del Casino Militar del Campo Marte, atrás del Auditorio Nacional y enfrente de ese complejo teatral por donde da gusto andar.
Ahí precisamente confluyeron el miércoles pasado gobernadores priístas y seguidores del grupo Unidad Democrática en una comida de buena parte de la clase política tricolor, al estilo de los viejos tiempos, donde unas mil personas vivieron un ambiente preelectoral con miras a la sucesión del 2006.
Vehículos de lujo de aquellos hijos de la Revolución a los que les hizo justicia el movimiento armado de 1910, hacían fila con choferes al volante a la entrada al Casino, mientras dentro se repartían abrazos, buenos deseos, promesas de prontas comidas, pero también se restañaban heridas, como las de aquellos priístas damnificados de Guerrero, donde, dijo uno de ellos, les pasó encima un tráiler y “ni siquiera apuntamos las placas”.
Pero sí sabemos, completó otro, que el tráiler era manejado por Ricardo Monreal, operador de Manuel López Obrador.
Por ahí pudo verse, entre otros personajes, a un intento de reciclaje llamado Carlos Ruiz Sacristán, mientras Roberto Campa se abría paso hacia el podio del micrófono para tratar de conducir un encuentro por momentos desbordado.
Ahí se hacían planes para el futuro inmediato, y amarres, junto con pronósticos de triunfo en Hidalgo para este domingo 20 de febrero en la elección de gobernador, donde Miguel Osorio Chong, de la alianza PRI-Verde, enfrentará al expriísta José Guadarrama, postulado por el PRD, pese a la oposición de Leonel Godoy.

Monday, February 07, 2005

Rabia infantil

Fernando Bravo

UNO
Mi puño derecho se estrella una, dos, tres veces en el rostro burlón de Gutiérrez. Un hilillo de sangre le escurre de la nariz cuando toda la clase me cae encima, jalándome del pelo y derribándome. Entre la maraña de brazos y piernas, tirado en el suelo, logro incorporarme y los mantengo a raya dando dentelladas como un animal rabioso.
La maestra entra al salón cuando Lazcano, Molina y Benítez me gritan ¡perro, pelea como hombre! y yo gruño de puro desquiciado, con la camisa rota y el pelo revuelto.

DOS
-Su hijo le pegó a un compañero y mordió a dos más, señora, por lo que se irá suspendido tres días –dice el director.
-Pero mire, maestro, también le pegaron –replica mi abuela, señalando las gotas de sangre del infeliz Gutiérrez en mi camisa.
-El comenzó la riña, señora, ¿verdad? –se dirige el director a mí.
Yo sólo atino a rascarme la frente y balancear los pies, pensando en el castigo y en el cinturón del abuelo.

TRES
En la calle, caminamos en silencio. Mi abuela me mira de reojo. Yo pateo una piedra y juego con dos botones rotos de mi camisa.
-No me acuses con el abuelo. Es que Gutiérrez le contó a Patricia mi secreto –digo.
-¿Qué secreto? ¿Qué Patricia?
-Mi compañera de banca. Todas las mañanas pone sus manos en mi cara hasta entibiarla porque piensa que la sangre fría es cosa de enfermos.
-¿Y eso qué tiene ver con la pelea?
-Ayer en la mañana Gutiérrez me vio poniéndome hielo en la cara y ahora ella ya no me habla.
-Jajaja. Estás loco, hijo. Bien merecido lo tienes por dejar el refrigerador sin cubitos y por mentiroso –dice, dándome un empujón con la cadera y tocando mi frente con sus manos suaves, mientras sonrío al ver alejarse los nubarrones de un posible castigo.

Tuesday, February 01, 2005

Reír y llorar en el Metro

EFRAÍN SALAZAR

Viajar en un vagón del Metro del Rosario a Barranca del Muerto, o a Mixcoac, al filo de las nueve y media de la mañana puede resultar cómodo y hasta divertido. A esa hora se puede encontrar a jóvenes rumbo al trabajo, que convierten el espacio en una salón de belleza ambulante..... Es una delicia ver a la desinhibida adolescente que con una cuchara, siguiendo consejos de la abuela, se riza las pestañas mientras bromea con el novio que la acompaña en el mismo asiento de espaldas al sentido del convoy..... También a la mujer de veintitantos años que en un asiento individual se pone rimel con maestría mientras el tren subterráneo se detiene con alguna brusquedad, acompañado del ruido de los frenos de aire como música de fondo...... Allá, en el extremo norte del vagón, otra mujer, iniciando también la tercera década de la vida, reparte maquillaje por los pómulos de un rostro aún firme al que la adversidad apenas le ha surcado las primeras marcas del tiempo..... En medio de este espectáculo vitamínico, hasta nos olvidamos por un rato de la falta de atenciones de los operadores del Metro y de su directora, Florencia Serranía, cuando en las llamadas horas pico nos mantienen a los pasajeros apretujados hasta por quince o veinte minutos entre una estación y otra, sin que nadie se digne explicar a los nerviosos usuarios -podrían usar el sistema de sonido- el motivo de la interrupción del servicio...... He visto a hombres mayores a punto de convulsionar, a mujeres orar y a nosotros mismos sudar frío imaginando que el compás de espera pudiera prolongarse hasta el final de los tiempos, sin que nadie en este “Gobierno de la esperanza” se apiade del usuario para explicarle brevemente de qué se trata, o mentirle y decirle que el servicio se reanudará en unos minutos, que tengan paciencia...... Sólo pedimos una pequeña atención para quienes, a determinada hora, viajamos tan incómodamente..... Por eso nos da risa cuando nos acordamos de la primera propaganda oficial del Gobierno de Manuel López Obrador que decía “primero los pobres”, porque cuando estamos atorados en el Metro, entre algunas de las estaciones de Zapata a Guerrero, quisiéramos apelar a toda la preparación académica, intelectual, emocional, humanitaria y el espíritu de servicio de Florencia Serranía, para hacerla recordar que aunque la chamba se la haya dado López Obrador está ahí para servir a los millones de usuarios que enriquecen la estadística. ¿O no?


 

Click Here