Las otras crónicas

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Wednesday, June 29, 2005

Día de San Juan

Efraín Salazar Girón

Gotas de agua del tamaño de uvas comenzaron a caer al filo de las cuatro de la tarde sobre la lamina de una parte del techo del edificio colonial que alberga a la Casa de Michoacán, este 24 de junio.
Fue el cumplimiento puntual de la profecía de lluvia obligada en el día de San Juan.
“No falla”, decía de uno de los comensales mientras atacaba emocionado un enorme taco de carnitas en el restaurante de esa agrupación, uno de cuyos objetivos es difundir la gastronomía de la entidad.
A un lado, Rubén Vargas Martínez, presidente de la asociación, recordaba que recientemente habían entregado la presea “Siervo de la Nación”, al también michoacano Miguel Correa Jasso, por su labor a favor de la educación durante su gestión como director del Instituto Politécnico Nacional.
Alrededor, en las paredes, una exposición de pinturas y fotografías de artistas michoacanos aparentaban ventanas abiertas hacia los lagos de Páztcuaro, Janitzio y Cuitzeo, o hacia los bosques de Angangueo, hábitat de la mariposa monarca en enero y febrero.
Las mesas estaban ocupadas por parejas y grupos de jóvenes y gente adulta, que brindaba por razones particulares o simplemente porque era viernes y todos navegan en el caudaloso ánimo de un fin de semana prometedor, al compás de la música viva presente.
Afuera la gente corría para ponerse a salvo del aguacero que golpeaba calle, techos y carrocerías de vehículos a ritmo de metralla, y buscaba un transporte o un pedazo de marquesina, pórtico o entrada de negocio en las calles de Lucerna y cuadras a la redonda.
Más allá, sobre Insurgentes, el ya legendario Metrobús, conocido ya como Lentobús, avanzaba trabajosamente por su carril exclusivo, frenado por la poca visibilidad debida a la lluvia y a un congestionamiento complicado por ríos que corrían y que, si bien nos fue, llegaron como recargas al saqueado subsuelo de esta ciudad que se cuartea y se hunde a un ritmo de varios centímetros anuales, según algunos especialistas.
Y en este universo, de comensales, espinazo en chile morita, corundas con frijoles y cecina con nopales, Onésimo Contreras Mondragón, vicepresidente de la Casa de Michoacán, recordaba las muestras de orgullo de Correa Jasso al aceptar el reconocimiento y la medalla y “por compartir origen con hombres que cambiaron el destino de México”.

Wednesday, June 22, 2005

Rey sol

...todo lo que haces nos ayuda a mover
las montañas y el reloj...
Fito Páez


UNO
Despierto al escuchar sus balbuceos en la cuna. Lo tomo en brazos. Es una carita morena envuelta en ropa de estambre. Me mira con sus ojos perdidos, tomando mi dedo entre su mano. Me estremezco al sentir cada apretón, al ver sus labios brillantes de baba, al sentir su pataleo sobre mi pierna, al oler su piel maquillada de talco, al probar su mejilla sembrada de bozo, al oír como se mece la lluvia en su risa. Brilla e ilumina la casa.

DOS
Corre desnudo por la habitación. Brinca en el sillón hasta hacerlo crujir y sacarle el polvo acumulado de años. Pinta paisajes con la cera líquida para el calzado. Salta, grita, llora y ríe. Y me hace saltar, gritar, llorar y reír cuando desde la ventana se despide en puntas de pie, pegando su cara al vidrio, que tatúa con lágrimas y mocos.

TRES
La mesa es una lago de leche donde navegan las hojuelas de maíz del desayuno y las rodajas de plátano son claraboyas que marcan el camino. Levanta la cuchara como trofeo, como un pequeño cavernícola. Sonríe. Yo me rasco la cabeza y sonrío también. Pongo mis manos en el borde y mis labios en la superficie mojada. Comienzo a sorber. El me imita. Y limpiamos la mesa como dos osos hormigueros. Ella llega cuando estamos a punto de terminar. Me mira enojada. Sonrío. Me encojo de hombros. Volteo a verlo. El la observa con pena, señalándome con su dedito delator y con la última rodaja de plátano en la boca, como un rey sol en su jungla tropical.

Wednesday, June 15, 2005

Pónganse changos

EFRAIN SALAZAR GIRON
La reinauguración de la primera sección del bosque de Chapultepec y la anunciada obligatoriedad de darle mantenimiento a sus áreas verdes y cuerpo lacustre, nos conmina como ciudadanos a ponernos changos para evitar un pronto deterioro de esa recuperación lograda al calor de la precampaña política.
Por lo pronto, la reapertura de ese tradicional paseo estudiantil de todos los días y fin semanero de las familias radicadas en este rancho grande y las que vienen de paseo del "interior" del paisito, nos hizo evocar chascarrillos de los años mozos, como aquel de la señora que pedía a su negligente marido llevar a los niños al Zoológico de Chapultepec y quien recibió como respuesta un "¡Ah no!, si quieren verlos, que vengan a la casa!".
Desde aquellos años nos quedó claro que Chapultepec nos diviertía aún sin necesidad de llegar hasta sus desgastados prados y sin tener que aventurarnos en sus -entonces- cenagosas aguas del artificial lago.
Nos bastaba escuchar el chiste pasado por anécdota de aquella familia cuyos integrantes debieron tener un aire de eslabón perdido, que preguntó a un vigilante por la jaula de los changos y que fue reprendida al calor de "Si no saben regresar para qué se salen".
O el de aquella señora realista, cuyo hijo de pocos meses de nacido bien hubiera servido para una clase universitaria de la evolución de las especies y que, cuando visitaba el zoológico, ponía muy visible en la carriola de su retoño un letrero que rezaba, "Favor de no tirarle cacahuates".
Así, el bosque, que según dice la historia era utilizado en su tiempo por el emperador poeta Nezahualcoyotl para su encuentro con las musas, a través de los años ha servido para inspirar el ingenio nacional en aras de la sana diversión a costillas del prójimo y hasta para engordar ahora el caldo de la campaña presidencial de la reencarnación tabasqueña del Benemérito de la Américas.
No se sabe que en Chapultepec haya duendes, y aunque hace años un periodista inventó que en las verdosas aguas de su estanque habitaba un monstruo similar al del lago Ness, hoy podríamos decir que entre los gruesos troncos de sus eucaliptos, robles y pinos, nos acechan las intenciones de quien está encaminado hacia Los Pinos con la anunciada intención de reincorporar esas áreas arrebatadas al bosque en los tiempos del general Cárdenas, porque él -dijo-, de todos modos piensa vivir en Palacio Nacional, como todo un Juárez reencarnado que se respete.
Mientras tanto, henchidos de democracia, habrá marcha del 2 de julio para "celebrar" el triunfo de Fox hace cinco años.
Mejor vámonos a remar a Chapultepec.

Tuesday, June 07, 2005

Democracia disputada

Efraín Salazar Girón

Seguirán marchas y plantones en la calurosa metrópoli, y más cuando el PAN y el foxismo -si eso existe-, quieren monopolizar la democracia mexicana, cualquier cosa que esto sea.
Con cuatro años y feria en el poder, muy entrado en cinco, y con muy magros resultados en beneficio del respetable, el gobierno actual ya está organizando una manifestación para el dos de julio, con el propósito, dijo Fox, de conmemorar el triunfo panista del año 2000.
A falta de mejores pretextos para el festín, pretenden convertir esa fecha en un parteaguas de la historia moderna del paisito, vendiendo la idea de que muy triste sería nuestra suerte si ellos no se hubieran apersonado en estos parajes para sacar al PRI de Los Pinoles.
Pero más tardó el de las botas en lanzar su proclama desde Boca del Río, Veracruz, y su convocatoria a panistas para reunirse en el Angel de la Independencia y de ahí lanzarse otras vez por la presidencia de la República, que en recibir acuse de recibo de personajes como Emilio Chuayffet, líder de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, quien en un lance por equilibrio en el marcador denunció que el inquilino de Los Pinos y el PAN se quieren llevar todo el crédito y tratar de aparentar que ellos solitos construyeron el entramado del actual México lindo y querido.
Chuayffet afirmó que la democracia no le pertenece al PAN, sino a todos los mexicanos y de paso señaló que con el gobierno actual no ha habido progreso y aún le restan 17 meses muy complicados.
Todo esto vemos pasar desde una banca de la empolvada Alameda Central, a un lado del Hemiciclo y frente al edificio casi terminado de la nueva sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que el Peje inaugurará el mes próximo antes de irse de lleno a su campaña y que Luis Ernesto Derbez usará apenas unas semanas si es que se va al Banco Interamericano de Desarrollo, como por ahí se dice.
Poca gente camina en la mañana del lunes por la acera sur de esta isla arbolada del centro de la ciudad, que se debate entre lemas de precampaña, obras a paso veloz y ocurrencias de quien hace cinco años usufructuó la inconformidad y cosechó el voto útil, pero dilapidó en pocos meses un capital político pocas veces visto y se atascó en los áridos caminos de la política, para dar hoy un brinco al pasado del “desarrollo estabilizador”.
Y mientras las aves cantan entre los pálidos follajes, a muchos kilómetros de ahí, en Coyoacán, son velados los restos del internacionalista Adolfo Aguilar Zinser, colaborador de Fox que algo de lustre dio en la ONU a la política exterior del condensado sexenio, y que fue corrido del gabinetazo por reconocer que en Estados Unidos nos ven como patio trasero.

Saturday, June 04, 2005

Ciudad desastre

EFRAIN SALAZAR GIRON

La Ciudad de México, llamada de la esperanza por el gobierno pejelagartino, es un verdadero desmadre. Y quienes no lo crean, que se den una vuelta, a cualquier hora, a lo largo de Insurgentes, por ejemplo, o por esa zona que tiene su centro de gravedad en el cruce de Juárez y Balderas, adornado mucho tiempo por el hotel Regis y junto al cual dominó las noches de hace muchos años el cabaret Capri, escenario de buenas carnes argentinas.
El cambio del drenaje en esa zona del Centro Histórico, donde se levantan construcciones del altos vuelos dentro de un programa de recuperación que cuando concluya seguramente dará relumbrón a la capital del paisito, pone hoy histérico a cualquiera que se aventure a cruzar por esa zona de guerra, donde las trincheras están abiertas en calles, aceras y banquetas y donde en una atmósfera cargada de polvo mezclado con humo de escapes y el crepitar de maquinaria, maestros albañiles y chalanes gobiernan entre tubos plásticos amontonados, vehículos de obra, y cerros de tierra, arena y asfalto.
El consuelo que nos debe de quedar, a los victimados habitantes de la región de Anáhuac, es el mismo que animó a aquel turista extranjero, quien, al volver a su patria, respondió a los interesados en saber qué le había parecido la Ciudad de México: Cuando la terminen, les va a quedar a toda madre.
Nosotros, para no hacernos nudos en las tripas al tener que cumplir con una cita en esa devastada parte del ombligo del país, preferimos recrearnos el momento recordando que el Distrito Federal tiene más magia que el realismo del boom latinoamericano y que aquí podemos ver como El Chapito Guzmán, hijo del peligroso Chapote, es sacado de un reclusorio capitalino y llevado a La Palma, en medio de una nube de agentes y patrullas, ante el temor de las autoridades de que el vástago del narcotraficante prófugo escenificara la segunda parte de El Gran Escape.
Y al día siguiente nos enteramos que esta gran ciudad es también asiento de autoridades locales y federales acorraladas no sólo por la fuerza de los mercaderes ambulantes reyes de la piratería, sino del reconocido poder mayúsculo de Joaquín Guzmán Loera, vértice de la matanza que no termina en Sinaloa, Juárez, Tijuana y norte de Tamaulipas por ajuste de cuentas, y quien según reveló el subprocurador Santiago Vasconcelos en un reconocimiento público hecho a los talentos del delincuente desde Los Pinos, es visto como héroe y benefactor en la sierra donde se esconde.
Y nosotros que queríamos hombres duros para gobernar.


 

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